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AENA vale ahora tres veces más que la primera valoración del Gobierno para su salida a bolsa

Poco más de dos años después de su salida a bolsa, las acciones de AENA siguen marcando máximos históricos y ya valen tres veces más que la primera valoración que hizo el Gobierno para su salida a bolsa, que después fue revisada al alza por los bancos asesores. La evolución revive el debate sobre si el gestor aeroportuario se vendió demasiado barato.

Las acciones de AENA volvieron a registrar la pasada semana un máximo histórico, en 154,25 euros por acción, el enésimo desde su debut bursátil, el pasado 11 de febrero de 2015. Los precios en los que actualmente se mueve el gestor aeroportuario en el parqué triplican la valoración inicial que hizo el Gobierno poco antes de que la compañía se convirtiera en cotizada, unos registros que vuelven a abrir el debate sobre si el Estado vendió el 49% de la compañía en el mercado a precios demasiado baratos.

A finales de enero de 2015, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) aprobó el folleto de la OPV de AENA, en el que se recogía que el Gobierno había fijado una banda de precios indicativa y no vinculante de entre 43 y 55 euros por acción. Días después, los bancos asesores del Ejecutivo en la operación (Morgan Stanley, Bank of America Merrill Lynch, Goldman Sachs, Santander y BBVA) aconsejaron elevar el rango de precio ante el elevado interés que habían apreciado en sus prospecciones de mercado, en las que habían detectado que los inversores aceptarían pagar más por las acciones de la compañía que preside José Manuel Vargas. El Gobierno decidió situar la banda definitiva entre 53 y 58 euros, que finalmente fue el precio de la OPV.

El pasado viernes, AENA cerró la sesión en 152,6 euros por título, un 163% por encima de este indicador, un valor que multiplica por más de tres las valoraciones iniciales del Gobierno, en apenas algo más de dos años.

Las últimas cuatro semanas han sido especialmente positivas para la compañía. Los inversores han acogido con alivio la sentencia del Tribunal Supremo que exime a AENA de cerrar una de las pistas del aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas durante la noche al estimar un recurso presentado por la compañía contra el fallo emitido en su día por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid a cuenta de una denuncia presentada por los vecinos de una urbanización próxima a la infraestructura.

En el último mes las acciones de AENA han subido cerca de un 13%, un ritmo muy superior al mostrado por el Ibex-35 en ese mismo periodo, en el que ha mostrado avances ligeramente superiores al 5%.

Una empresa de casi 23.000 millones

Este último empujón, sumado a las buenas cifras que siguen arrojando las estadísticas de tráfico aéreo, han situado a AENA claramente instalada por encima de los 150 euros por acción. De esta forma, la capitalización bursátil de la empresa se sitúa en torno a los 22.900 millones de euros, lo que supone valorar el 51% que aún controla el Estado a través de Enaire en cerca de 11.700 millones de euros.

Para hacerse una idea de cómo ha sido la evolución de AENA en bolsa, el día de su debut estaba valorada, en su totalidad, en 8.700 millones de euros, de modo que el Estado ingresó 4.320 millones de euros por la venta del 49% al mercado. Dos años y dos meses después, sólo la participación que mantiene el Estado vale un 34% más que toda la compañía en aquel momento.

Aunque el entorno macroeconómico actual no es el mismo que el de aquel momento y las cifras de la empresa no han hecho más que mejorar, la evolución de la cotización a lo largo de este tiempo ha invitado a pensar que el Gobierno pudo sacar mayor tajada de la venta parcial de AENA. Ni siquiera hizo falta que las acciones comenzaran un recorrido alcista que parece no encontrar fin. Incluso antes de que los títulos estuvieran en el mercado, el Ejecutivo tuvo que revisar al alza los precios que había establecido de forma orientativa.

Numerosos inversores institucionales, fondos y bancos de inversión (algunos de ellos intervinientes en el proceso de salida a bolsa), salieron del capital de AENA en las primeras semanas, cuando las acciones se habían disparado hasta los 80 euros, con la idea de que la compañía había salido demasiado barata al mercado pero que el recorrido alcista que había protagonizado ya era suficiente para compensar la falta de pericia del vendedor a la hora de valorar la compañía. Casi nadie pensó que apenas habían aprovechado una parte mínima del suculento pastel y que estaban dejando escapar una oportunidad para embolsarse hasta 70 euros más por título.

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