Los dos grandes competidores de IAG en el continente europeo han recrudecido sus maniobras para tratar de influir en Bruselas sobre la toma de decisiones en el sector de la aviación comercial. Dentro de la cúpula de la compañía británica -matriz de Iberia- existe preocupación por las presiones que han realizado en los últimos tiempos Air France y Lufhtansa para tratar de que la Comisión Europea adopte una posición dura en el marco del brexit, según han explicado a Vozpópuli fuentes de IAG.
La decisión dejaría muy tocada a Iberia, pues podría implicar la pérdida de sus derechos de vuelo en la Unión Europea si no logra demostrar ante las autoridades bruselenses que la mayoría de sus acciones pertenecen a empresas con sede en territorio comunitario. En este escenario, perdería el hub del Aeropuerto de Madrid-Barajas, donde IAG cuenta con múltiples conexiones para prestar su servicio aéreo en América Latina.
En la cúpula de IAG son conscientes del fuerte lobby realizado por sus dos competidores, que, en caso de que Iberia pueda dejar de operar los vuelos transatlánticos, esperan sacar provecho con el ofrecimiento de estos destinos desde París (Charles de Gaulle) y Fráncfort.
Con respecto a una posible decisión hostil de la Comisión Europea, desde la compañía británica afirman lo siguiente: "Cualquier intento de frustrar la competencia afectará a los consumidores europeos, elevará las tarifas, causará pérdidas de empleos y perjudicará a las economías europeas". Por su parte, Air France y Lufhtansa han preferido dar su valoración ante la consulta de este medio.
Cualquier intento de frustrar la competencia afectará a los consumidores europeos, elevará las tarifas, causará pérdidas de empleos y perjudicará a las economías europeas"
El efecto de una salida de Reino Unido 'a la bravas' sería devastador para la histórica aerolínea española. Como adelantaba este medio, Iberia no podría ni realizar el histórico puente aéreo Madrid-Barcelona, ya que no podría conectar vuelos domésticos ni conectar países de la Unión Europea. En este contexto, según El Confidencial, España ha pedido a Bruselas que establezca un tiempo muerto para poder establecer con mayores garantías su plan de contingencia ante un brexit duro.
La Comisión Europea vigila a IAG
Nadie duda de que el espacio aéreo es uno de los temas más sensibles en la salida de Reino Unido de la Unión Europea para todas las empresas y aeropuertos del sector. Aunque el gigante hispano-británico acapara la mayoría de las preocupaciones.
"IAG es un caso que estamos siguiendo con detenimiento en este proceso", explican fuentes cercanas a la Comisión Europea (CE). "Primero hay que ver qué brexit se produce, nosotros confiamos en que habrá una salida pactada, y luego analizaremos las medidas y alternativas correspondientes", añade.
La Comisión Europea fue contundente en este sentido el pasado 19 de diciembre. Según explica su plan de acción de contingencia, "si el acuerdo de salida no se ratifica, el tráfico aéreo entre la UE y el Reino Unido se interrumpirá a partir de la fecha de retiro".
Bruselas sólo permitirá conectar países miembros de la Unión y vuelos domésticos en estos países a las aerolíneas que cumplan dos condiciones: propiedad y control domiciliado en la Unión Europea. Iberia tiene certificado de operador español y cumple el primer requisito de la UE, pero no el segundo. La aerolínea tiene sus derechos políticos repartidos en un 50,01% a Garanair propiedad de El Corte Inglés, y un 49,9% a IAG. Por su parte, los derechos económicos pertenecen a la matriz con sede en Londres.
Es decir, como recoge el plan de acción de contingencia de la CE, Iberia no podría realizar, por ejemplo, un vuelo como Madrid-París o conectar el mencionado puente aéreo Madrid-Barcelona. Un duro golpe para la compañía, ya que cerca de la mitad de los vuelos que opera Iberia y Vueling son conexiones domésticas.
Pero este escenario afectaría de una manera similar a British Airways y Air Lingus, las otras dos compañías del holding aéreo, y a los grandes acuerdos con los que cuentan con los aeropuertos, como es el caso de la T4 en Madrid-Barajas. Por lo tanto, se desbloquearía un pastel muy grande y no es de extrañar que Air France y Lufhtansa afilen los cuchillos.
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