A los ya conocidos fraudes en torno a los alquileres vacacionales a través de internet se suman ahora los timos alrededor de los pisos de alquiler por periodos de larga duración. El cebo está dirigido a los usuarios de conocidos portales inmobiliarios como Idealista, Segundamano o Fotocasa y consiste en el repentino anuncio de un apartamento de ensueño. Un piso totalmente reformado, recién pintado, económico y en pleno centro de la ciudad que, en comparación con el resto de viviendas ofertadas, supone un chollo que empuja a contactar de inmediato con los propietarios.
"Te pasas días navegando en distintas páginas y accediendo a ofertas rídiculas, zulos carísimos y, de repente, ves un piso en un buen barrio de Madrid, en muy buen estado y bastante barato", cuenta Andrea Gálvez, una de las afectadas por este tipo de engaños. "Enseguida mandé un mail al anunciante porque no quería que se me escapase", reconoce.
Y el anunciante, al igual que otros que captan a sus inquilinos en Barcelona, Valencia, Sevilla o Bilbao, resultó ser una persona que residía en Reino Unido, motivo por el cual no le podría enseñar el inmueble, pero sí mandarle más imágenes idílicas y explicarle de qué modo debería hacer la reserva. Luego, no tardaría en enviarle el contrato y las llaves a su dirección actual, nada menos que mediante un agente de la conocida compañía Airbnb, una comunidad online formada por millones de anfitriones y viajeros que publican anuncios y reservan alojamientos por todo el mundo.
Y comienza entonces un cruce de correos electrónicos entre el dueño de la vivienda y el interesado en mudarse a ella. "Me pareció raro tener que pagar antes de ver el piso, pero me garantizaba una y otra vez que si no me gustaba, el propio empleado de Airbnb me devolvería el dinero en el mismo momento de la visita", explica Gálvez. Además, añade la joven, las constantes apelaciones a la "confianza" por parte de la propietaria, resultaban de algún modo reconfortantes. "¡Por fin alguien me lo quería reservar a mí!", dice.
A medida que aumenta el interés de los inquilinos, la insistencia de los timadores es mayor: "Dejo las llaves y el contrato en la custodia de Airbnb, la compañía se pondrá en contacto con usted inmediatamente por e-mail o teléfono para informarle de que tienen las llaves y el contrato y le dará más información sobre dónde y cómo pagar. Para reservar el piso es necesario pagar la totalidad del importe en el momento de la reserva con una transferencia internacional de dinero a través de Western Union. Usted puede transferir el dinero de dos formas sencillas: en línea en el sitio web Western Union con la tarjeta de crédito o en cualquier oficina de Western Union en tu ciudad en efectivo" (sic).
La compañía Airbnb
Y continúa garantizando que Airbnb asegurará el dinero de la reserva hasta que el inquilino decida si quiere quedarse con el piso o no en el momento de la visita. "Después de que usted decida se firmará el contrato de alquiler, uno de ellos será envíado a mí por Airbnb, y uno se quedará con usted. Después de que será firmado legalmente el contrato, Airbnb me enviará el dinero. No te preocupes, no habrá sorpresas desagradables, usted no tendrá problemas con el piso, se lo aseguro, es exactamente como en las fotos", insiste la propietaria que previamente ha pedido disculpas por sus problemas con el español.
Cuando los interesados aceptan las condiciones, los estafadores envían un mail suplantando la marca de la compañía Airbnb, ajena a estas prácticas.
"Este tipo de prácticas son totalmente ajenas a nosotros y suponen un claro perjuicio para los usuarios. Desde Airbnb hemos sido alertados de algunos casos en los que en otras páginas web han aparecido anuncios que, de manera fraudulenta y en un claro intento de suplantación de marca (phishing), remiten a nuestro servicio. No obstante, estas prácticas se producen siempre fuera del entorno de Airbnb, es decir no están en nuestra página sino que se insertan en webs de clasificados o de servicios inmobiliarios", informa a Vozpópuli el equipo de Airbnb.
"Protegemos a los anfitriones y los huéspedes manejando todas las transacciones a través de nuestra plataforma. Esto garantiza que los pagos sean seguros, se efectúen por la cantidad exacta y la transacción sea correcta. Cuando se reserva y se paga a través del sitio web de Airbnb el dinero está siempre protegido. Por este motivo, los clientes tienen claro que han de pagar las reservas únicamente a través de nuestro sistema", explican desde la empresa.
Airbnb nunca pedirá a nadie que haga una transferencia bancaria, los pagos siempre se realizarán mediante la plataforma
Y aclaran que todo debe quedar dentro de la plataforma y que nunca se realizan operaciones fuera de ella. "Airbnb nunca pedirá a nadie que haga una transferencia bancaria. Realizando los pagos siempre mediante la plataforma, nuestros usuarios disfrutan de nuestras condiciones de servicio, nuestras políticas de cancelación y reembolso, nuestra garantía al anfitrión y nuestro seguro de protección para el anfitrión, entre otras medidas de seguridad", aseguran.
A finales de 2015, más de 60 millones de viajeros se alojaron en una casa de un anfitrión anunciada en Airbnb, lo que supone más de 200.000 personas de media al día. La firma, que se fundó en 2008, tiene un equipo de 250 personas que trabajan dedicadas a la seguridad de los viajeros y los anfitriones. En lo que va de año, dicen, 35 millones de viajeros han utilizado su plataforma y solo ha habido 540 casos de reclamaciones por daños en todo el mundo. Esta cifra representa menos de 1 caso por cada 50.000 huéspedes o viajeros.
Cómo actuar
Por ello, muchos estafadores quieren aprovechar el éxito y la credibilidad de esta compañía en crecimiento para que quienes están desesperados por encontrar vivienda de alquiler en unas ciudades cada vez más pobladas se fíen de las ofertas. "Estuve a punto de hacer el ingreso de la reserva y del primer mes de alquiler, pero finalmente decidí no seguir contestando a los mails porque me pareció extraño que el anuncio solo durase un día en los portales inmobiliarios en los que estaba colgado y que me dedicase seis correos a mí si supuestamente tenía mucha demanda", cuenta Andrea Gálvez.
Desde la Oficina de Seguridad del Internauta (OSI), que depende del Instituto Nacional de Seguridad (INCIBE) advierten que nunca se debe hacer ningún tipo de transferencia económica por adelantado sin asegurarse de que el propietario es quien dice ser. "Hay que ser precavido con los pisos cuando no te puedan enseñar el piso en persona y utilizar el servicio de búsqueda de imágenes de Google para detectar si esas fotografías pertenecen a otro piso o vivienda", sugieren.
Además, alertan de que hay que tener cuidado con los chollos demasiado buenos para ser verdad: "Nadie da duros a cuatro pesetas". Según la OSI, si del usuario de un portal inmobiliario detecta este tipo de fraudes, sería bueno que alertase al administrador y si, finalmente ha sido víctima de una estafa, el camino es denunciar el caso a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que cuentan con una Brigada de Investigación Tecnológica.
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