Airbnb casi dobló los visitantes que trajo a España en 2016. Según sus propios datos, alojó a 5,4 millones de visitantes extranjeros gracias a sus partners (particulares o empresas) que alquilaban sus viviendas completas o habitaciones. Se trató nada menos que del 7,1% de todos los visitantes extranjeros reconocidos por el INE. Pero a pesar de estas cifras de gran multinacional del turismo vacacional, las cifras que presenta la compañía ante el registro mercantil español y los impuestos que paga son más bien de pyme.
De hecho, Airbnb Marketing Services SLU tiene categoría de pyme y cerró el año pasado con 136.000 euros de beneficio, un 26% más que el año anterior. Podría pensarse que han bajado mucho los precios, dado que su volumen de clientes aumentó un 81% tal y como reconoció la empresa en febrero. Con una comisión que oscila entre el 3% y el 5% para huéspedes y entre el 5% y el 15% para anfitriones sobre cada transacción (que se pagan por adelantado), el negocio debería haberse impulsado en consonancia.
Airbnb España tiene un único cliente: Airbnb Irlanda, que es quien factura
Pero en realidad no está directamente relacionado. La filial española de la compañía de homesharing no refleja su verdadera actividad en el país. Al igual que otros gigantes tecnológicos como Amazon, Google, Facebook, Uber o Apple, o empresas europeas como Blablacar, Airbnb cuenta en España con una filial que realiza actividades de marketing y de objetivos de mercado, cuyo cliente único es también su único accionista: la irlandesa Airbnb Holding LLC. De hecho, en España sólo tiene 21 trabajadores pese a haberse convertido en uno de los agentes más relevantes, sino el más, del mercado de alojamientos.
Airbnb pagó 55.000 euros en impuesto de sociedades en 2016. Su facturación llegó a 2,9 millones de euros. Este diario ha intentado ponerse en contacto con la compañía para recabar su opinión, sin éxito.
Segundo grupo del mundo
Airbnb está valorada en 31.000 millones de dólares según su última ronda de financiación. Esto hace que la empresa, fundada en 2008, sea el segundo grupo de alojamiento más valioso del mundo (después de Marriot) y la segunda startup con más valor tras Uber. Incluso hay quien rumorea con una millonaria salida a bolsa este mismo año.
Sin embargo, la compañía se enfrenta a incertidumbres regulatorias, con una regulación que prepara el Ministerio de Hacienda y que podría afectar a sus partners. La propia secretaria de Estado de Turismo, Matilde Asian, ha tenido sucesivas reuniones con el sector donde se ha mostrado favorable a una regulación que, por motivos de competencias, no puede ser liderada por el Estado sino por las autonomías.
No obstante, en su documento mercantil la sociedad no hace referencia a ningún riesgo regulatorio.
Críticas de hoteleros
La empresa viene siendo el flanco de las críticas del sector hotelero y turístico tradicional español desde prácticamente su llegada al mercado. Según el portavoz de Exceltur José Luis Zoreda, "es una desvergüenza la impunidad con que se tolera la creciente irrupción de una oferta alojativa mayoritariamente irregular, que aporta poca riqueza y muy bajos efectos multiplicadores y de empleo a nivel local. La información que aportan es equivoca, contradictoria y de una veracidad más que cuestionable, al ser sesgada y sólo hacer puntualmente pública, la que les interesa y cuando les interesa".
Esta patronal, una especie de interprofesional que representa intereses de varios escalones del sector, se queja regularmente de que sus empresas no afrontan las mismas regulaciones de seguridad, laborales o medioambientales. En efecto, el propio registro indica cómo Airbnb Marketing Services SLU considera que "no tiene responsabilidades, gastos, activos ni provisiones y contingencias de naturaleza medioambiental que pudieran ser significativos.
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