Fomento y Renfe Operadora han vendido con alborozo los resultados de la nueva política tarifaria del tren, anunciada en diciembre de 2012 y estrenada el pasado mes de febrero. El objetivo era, según la ministra Ana Pastor, “intentar ser competitivos, porque hay muchas personas que nunca han ido en AVE; teníamos un AVE de ricos que iba medio vacío o medio lleno”. Una competitividad que se ganaría a base de abaratar sistemáticamente los precios del billete de alta velocidad, alcanzando bajadas del 11% de media en todos los trayectos. Y tras más de medio año con las nuevas tarifas, el ministerio ha filtrado alegremente datos sobre la crecida de pasajeros sin contar con que esos mismos números ocultan un revés mucho más doloroso: las pérdidas debidas a los costes de explotación, que Fomento no airea con tanto ahínco.
Según las cuentas del operador a las que ha tenido acceso Vozpópuli, hasta agosto Renfe lleva perdidos nada menos que 60 millones de euros, casi cinco veces más que en el mismo periodo del año pasado. Sin embargo, ayer el presidente de Renfe,Julio Gómez-Pomar, reveló en el Congreso de los Diputados previsiones diametralmente opuestas para 2013: un incremento de pasajeros del 19% en alta velocidad y un aumento de los ingresos asociados del 4,5% al cierre del ejercicio.
Semanas antes, el equipo de Pastor llegó incluso a promover que la empresa estatal había superado la tragedia de Santiago del pasado 24 de julio (79 muertos) con un espectacular aumento de viajeros del AVE en agosto del 43% (no confundir AVE con la alta velocidad, que abarca más trenes). Pero las estadísticas obtenidas por este diario reflejan que, lejos de superar el terrible evento y la crisis económica, Renfe va camino de agravar sus problemas.
Mucha más oferta que en 2012
Aparte de las citadas pérdidas, tampoco casan los ingresos por la venta de billetes que dijo Gómez-Pomar con los que maneja Vozpópuli, que hasta agosto arrojan un crecimiento interanual de apenas el 0,1% (un millón de euros más en 2013). Y éstos solo suben en Cercanías (un modesto 1,4%), pero no en alta velocidad-Larga Distancia (-0,6%).
Aún hay más. El pretendido aumento de usuarios tiene truco: en el acumulado de agosto, Renfe ha ofertado 36 millones de asientos, 820.000 plazas más que en 2012; de éstas, ha vendido 15 millones de plazas, 847.000 más. Tomando estos datos, de por sí distorsionados, y comparando los viajes ofertados y vendidos en ambos años, apenas habría 27.000 viajeros más en los ocho primeros meses de 2013.
Una gestión en declive
Con todo, el verdadero lastre del ente público son los costes de explotación, es decir, lo que cuesta mover trenes tan caros como el AVE, el Alvia o el Avant. La agresiva política de precios de Renfe no alcanza para cubrir esos costes, más bien lo contrario. Y el cabreo gana decibelios en la empresa, en la que todas las miradas apuntan al área de Viajeros, dirigida por Alberto García Álvarez.
Viejo conocido de la casa, la carrera de García Álvarez está estrechamente vinculada a los Gobiernos del PP (sucede lo mismo cuando los socialistas llegan a la Moncloa). Alberto García fue el responsable del fracaso inaugural del AVE Madrid-Lleida en 2002, fiasco por el que fue fulminado de su cargo por el visceral exministro Francisco Álvarez-Casco. Todas las fuentes le señalan a él como el verdadero muñidor de la política tarifaria de Renfe Operadora.
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