La eléctrica suiza Alpiq, una de las pocas comercializadoras independientes (ajena a las cinco grandes eléctricas) con una cuota de mercado significativa, analiza distintas alternativas para su presencia en España, incluyendo la de plegar velas y cesar su actividad en un mercado por el que ha apostado fuerte en los últimos años.
Oficialmente, la dirección de la empresa asegura que la filial “continuará operando en España y se centrará principalmente en la gestión y en la comercialización de sus capacidades de producción”. “El suministro eléctrico de los clientes con contratos en vigor está totalmente garantizado”, añaden.
El grupo, que tiene más de 11.000 empleados y está presente en cerca una treintena de países europeos, inició a finales del año pasado (ejercicio en el que entró en pérdidas) un programa de reorganización global, "concentrándose en sus actividades clave de negocio a través de toda Europa", recuerdan en la compañía. En julio pasado, prescindió de su hasta entonces primer ejecutivo en España, Daniel Tews, y en agosto anunció que ha “decidido abandonar su negocio minorista en Italia y el de comercialización en España a finales de este año".
Fuentes del sector aseguran que la filial española atraviesa una situación “muy complicada” y no descarta ninguna opción, incluyendo la de abandonar el mercado español.
El problema es que, esa decisión, la de marcharse, tiene difícil encaje porque pasaría por la venta de su principal activo, una central de ciclo combinado de 400 megavatios (MW) en Vandellós (Tarragona) que adquirió a Gas Natural en 2010 (ya en plena crisis) por 200 millones de euros. Y deshacerse de esa planta en las circunstancias actuales del mercado (sobran megavatios, no hay demanda y las centrales de gas se están viendo especialmente perjudicadas por el auge de las renovables y el carbón) es todo un reto.
El grupo tiene pendiente una opción de compra por el segundo grupo de Gas Natural en Vandellós
De momento, el grupo debe decidir próximamente si ejerce la opción de compra del otro grupo de 400 MW de Gas Natural en el complejo de Vandellós (conocido como Plana del Vent), que actualmente explota en régimen de alquiler, y por el que tendría que desembolsar otros 195 millones de euros, según anunció en su momento la gasista. En el sector, se cree que es dudoso que ejerza dicha opción.
Alpiq, la mayor eléctrica de Suiza, lleva operando en España desde el año 2006 a través de la extinta Atel Energía, que en 2009 se fusionó con otra compañía helvética, EOS. Sus dos operaciones más significativas en el mercado español fueron la citada compra de la central de Plana del Vent (que empezó a explotar a principios de 2011) y la adquisición, en 2009 y por un importe que no trascendió, de Hispaelec, la comercializadora del grupo Electricité de France (EdF) en España, junto con su cartera de clientes (unos 800, entre los que había grandes consumidores industriales y de otro tipo, como Metro de Barcelona, Parques Reunidos y varios hospitales y centros educativos).
Con esa venta, el gigante francés puso punto final a su actividad en el mercado español, después de ocho años de andadura.
De acuerdo con los últimos datos disponibles de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), correspondientes al primer semestre de 2011, Alpiq es la sexta comercializadora de electricidad en el segmento liberalizado, por detrás de Endesa, Iberdrola, Gas Natural, EDP y Fortia y por delante de la alemana E.ON. Su cuota (por energía vendida) ascendía a esa fecha al 3% del total, tres décimas más que al cierre de 2010.
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