No era necesario pero Álvaro Nadal, ministro de Energía, avivó un poco más el fuego en torno al debate sobre la estrategia del Gobierno en este ámbito con un duro ataque a Enel, la compañía italiana que controla el 70% del capital de Endesa y que pertenece al Estado transalpino, por lo que el palo fue, en cierta forma al Ejecutivo de aquel país. El ministro mostró su contrariedad por el anuncio hecho por Enel hace unos días de que cerrará las plantas de carbón de Andorra (Teruel) y Compostillo (León) a partir de 2020.
"A Enel no le importa hacer política de empleo en Italia generando paro en España; no le importa hacer política medioambiental en Italia a costa de hacer política de pérdida de competitividad en España", aseguró Nadal en sede parlamentaria, en respuesta al senador del PSOE Graciliano Palomo.
El inédito palo a la compañía pública italiana tuvo una segunda derivada, aunque en este caso el destinatario fue, precisamente, el partido que planteó la cuestión a Nadal. "No fue el PP el que trajo a España como propietario de la principal eléctrica española a una compañía pública italiana", apuntó Nadal, en referencia a las maniobras del Gobierno a mediados de la pasada década, por entonces liderado por el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, para que Endesa terminara en manos transalpinas.
"Siempre pensamos que no era una buena idea traer a España una empresa cuyo propietario y gestor es el Estado italiano", apuntilló Nadal. Hace unos días, Enel apuntó que Endesa no acometerá las inversiones en materia medioambiental que requieren las citadas centrales para cumplir con la legislación sobre emisiones que entrará en vigor a partir del año 2020.
A vueltas con el carbón y la nuclear
“El Gobierno y el PP es el único que ha dicho claramente que quiere que el carbón forme parte del mix energético entre 2020 y 2030”, ha precisado Nadal, que tiene pendiente terminar de definir la estrategia energética del Ejecutivo, en especial en lo tocante al carbón y también a la energía nuclear.
Precisamente, en este punto Nadal está encontrando resistencia en las empresas, que pretenden aprovechar la apuesta del Ministerio por la nuclear para lograr una rebaja en la carga fiscal que introdujo la reforma energética aprobada por el anterior Gobierno. En este sentido, Endesa insistió este martes en la conveniencia de cambiar la fiscalidad de la energía nuclear para hacer que, de esta forma, sea un negocio rentable.
La postura de los otros dos grandes grupos del sector, Ibedrola y Gas Natural Fenosa, es idéntica en este sentido, aunque la forma de encarar el problema es diferente. Mientras que Endesa defiende que hay que esperar a que el Gobierno se pronuncie, Iberdrola ya ha tratado de desistir para siempre de operar la central de Garoña, cuya propiedad comparte con Endesa, con la que no ha llegado a un acuerdo para cerrar definitivamente la instalación.
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