“Fragmentación directa para vehículos aéreos no tripulados”, es como se llama la nueva patente de la empresa de Jeff Bezos. Se trata de un sistema que llevarán los drones dentro de un ‘controlador de fragmentación’ para detectar si la aeronave sufre un fallo irreparable, como una explosión de la batería o un fallo del propulsor.
Si se da alguna de estas circunstancias, el ordenador central de Amazon estudiará automáticamente cómo cambiar la trayectoria del vuelo (teniendo en cuenta, además, el clima y las dificultades del terreno), y procederá a la fragmentación del aparato desmontando pieza a pieza.
El objetivo de esta fragmentación controlada y desviada es que, ni el aparato, ni ninguna de las piezas pueda caer sobre la población y herir a algún ciudadano, minimizando así la posibilidad de accidentes que provoquen diversos daños.
Pero el sistema no se preocupa sólo de la población, sino que su objetivo secundario es que el paquete que transporta el dron pueda caer con las máximas posibilidades de ‘supervivencia’, para que permanezca íntegro.
Amazon lleva tiempo tratando de desarrollar un sistema de mensajería a base de drones y ya ha realizado sus primeras pruebas de vuelo. Entre sus avances, se encuentran sistemas para repostar en farolas y que puedan continuar su vuelo, así como los paracaídas en los paquetes.
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