La nueva unión bancaria le puede salir cara a los accionistas e inversores de los principales bancos españoles. Y es que en 2016 se espera una oleada ampliaciones de capital y de emisiones de deuda y otros instrumentos computables a nivel regulatorio. Al menos éstas son las previsiones de agencias de calificación como Fitch y Scope Ratings, que en sendos recientes informes sobre el sector bancario han apuntado a las salidas al mercado de la gran banca española como un hecho inevitable.
Aunque los test de estrés llevados a cabo a la banca europea mostraron que las entidades españolas estaban capitalizados por encima de los niveles mínimos, "para algunos bancos el capital se mantiene vulnerable a cualquier problema procedente de activos no provisionados", explican los analistas de Fitch, en un informe sobre la banca española del 25 de noviembre. Esta situación les llevará a incrementar las ventas de miles de millones en activos improductivos (más de 238.000 millones, según cálculos de AFI).
Pero la venta de activos tóxicos no bastará (al menos a todos los bancos) para reforzar el capital de acuerdo con los nuevos requerimientos nacidos a raíz de la unión bancaria europea. La nueva resolución bancaria única incluye nuevas regulaciones (el TLAC y el MREL) para que los bancos alcancen unos niveles mínimos de activos capaces de absorber pérdidas. Es decir, que además del capital, las entidades han de tener un cierto nivel mínimo de instrumentos híbridos a los que poder convertir en capital en caso de que una entidad esté sometida a un proceso de resolución por parte de las autoridades, y para alcanzar estos niveles será necesario salir al mercado.
"A la vista de las mayores exigencias de capital y de colchones de absorción de pérdidas, esperamos en 2016 algunas emisiones de AT1 y Tier 2 [dos formas de capital regulatorio suplementario, como reservas, provisiones, híbridos, deuda subordinada...], sobre todo por parte de los grandes bancos españoles, para optimizar sus estructuras de capital", anticipan los analistas de Fitch, quienes sin embargo no prevén que las entidades medianas se atrevan a salir al mercado.
"Emisión de grandes cantidades de valores"
La nueva normativa de resolución provocará, como consecuencia directa, que "deberíamos esperar durante los próximos dos años la emisión de una gran cantidad de valores de deuda y capital", tal y como anticipa la agencia Scope Ratings en un informe sobre la banca europea publicado este lunes, y al que ha tenido acceso Vozpópuli. Entre las emisiones, habrá obligaciones convertibles, deuda subordinada, híbridos... para cubrir "cualquier posible déficit relacionado con la regulación MREL", añaden.
Según los estándares del MREL la entidad presidida por Ana Botín presenta un déficit de capital de 4.300 millones de euros
"La posibilidad de que la deuda sénior no garantizada esté incluida entre los instrumentos del MREL/TLAC ha incrementado lógicamente las preocupaciones de los inversores sobre su posición en caso de un concursos de acreedores", explican los analistas de Scope. A la espera de que los miedos del mercado se disipen, las estimaciones de esta agencia muestran que una mayoría de entidades financieras europeas ya están por encima de los requerimientos del TLAC (regulación internacional sobre imposición de pérdidas en caso de resolución de un banco).
En el caso del MREL (regulación que desarrolla el TLAC en Europa, con algunas diferencias), sin embargo, "como los ratios se relacionan con el total de activos y no aquellos ponderados por riesgos, la mayoría de bancos en Europa están por debajo de los niveles de cumplimiento normativo si la deuda sénior no se incluye en el cómputo", estiman desde esta agencia de rating.
Santander, un déficit de hasta 23.500 millones
"Durante el periodo camino de 2020, especialmente en los próximos dos años, esperamos por ello una significativa emisión de nuevos valores acordes con el MREL por parte de los grandes bancos", especifican desde Scope, quienes esperan que dichas emisiones y ampliaciones se basen por encima de todo en Tier 2 (CoCos), AT1 (bonos convertibles), deuda subordinada y deuda sénior no garantizada. Todo con tal de dejar a los bonistas sénior con el menor riesgos de pérdidas posible.
Dentro de los bancos españoles, es Banco Santander quien a juzgar por las estimaciones de Scope tendrá que llevar a cabo una mayor ampliación de capital y mayores emisiones. Y es que según los estándares del MREL la entidad presidida por Ana Botín presenta un déficit de capital de 4.300 millones de euros. Peor aún, según los estándares de la regulación TLAC, el déficit de capital para cumplir con la nueva normativa alcanza los 23.560 millones de euros (de toda la muestra es el segundo banco que necesitaría una mayor recapitalización, solo por detrás de BNP Paribas).
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