Es una de las fórmulas que empiezan a contemplarse en círculos financieros para desatascar la complicada situación del Valencia CF y su nuevo estadio, con el que la ciudad aspira a albergar el Mundial 2030. Según ha podido saber Vozpópuli de distintas fuentes financieras, diferentes fondos de inversión, entre los que cabe mencionar al americano Apollo, estarían por la labor de inyectar capital en el club a cambio de una participación sobre los ingresos del Nou Mestalla, sin necesidad de comprarlo al completo.
Una fórmula similar a la seguida por el Real Madrid con el nuevo Bernabéu y el fondo americano Sixth Street, y con algunas semejanzas con el fondo de titulización impulsado por el Barcelona para financiar su nuevo Camp Nou.
En el pasado, la propiedad del Valencia y Apollo mantuvieron conversaciones sobre una eventual transacción en torno a las parcelas del actual Mestalla -por las que Peter Lim pidió más de 100 millones de euros - e incluso del club -más de 400 millones-, con los que la actual propiedad singapurense pretendería recuperar sus inversiones.
Para Apollo, lo más interesante siempre ha pasado por el inmobiliario del Valencia, y una nueva veta se ha abierto en torno al nuevo estadio para 70.000 espectadores (inicialmente tendría 66.000), cuya construcción precisaría de unos 170 millones de euros más, entre otras garantías. Por lo pronto, el club ya ha avanzado en conversaciones con el fondo Atitlan de los valencianos Aritza Rodero y de Roberto Centeno (yerno del presidente de Mercadona Juan Roig) de cara a un traspaso de los suelos terciarios anexos al futuro nuevo estadio, en una operación que rondaría los 30-35 millones (aunque el precio del suelo en la zona actualmente está por encima de ese precio).
Mundial 2030
El proyecto del nuevo campo pende de la inminente resolución en el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, que determinará si los derechos urbanísticos que tenía el Valencia CF han caducado como decretó la Administración autonómica presidida entonces por Ximo Puig, o recobrarían vigor, en cuyo caso el club tendría nuevamente acceso a beneficios por la construcción.
En el caso de la parcela del nuevo estadio en las avenidas de las Cortes Valencianas, el Valencia CF dispondría de 41.700 metros cuadrados de suelo terciario (oficinas, restauración o comercio) que tiene concedidos en dos torres.
El objetivo de albergar el Mundial 2030 podría contribuir a que las partes, incluido el Ayuntamiento de Valencia, estrechen posiciones más de lo que lo hicieron en los más de diez años que lleva en marcha la infraestructura. No obstante, la fractura política en el Consistorio no aventura que ese 'diálogo' sea fácil de conseguir.
Y es que Lim, según las fuentes consultadas, no estaría por la labor de asumir todo el esfuerzo económico que requeriría el nuevo estadio que el Ayuntamiento (a través de un auditor externo) quiere valorar en las próximas semanas para saber el coste real del proyecto.
La financiación para acabar el estadio alcanzaría los 145 millones como máximo cuando su coste real puede se acerque a los 200 y es ahí cuando 'partners' como Apollo podrían entrar en escena
Más aún, en un contexto como el actual para el club, con la deuda neta ya en el entorno de los 300 millones tras una facturación de 121 millones y casi 7 millones de pérdidas el último ejercicio, Lim no quiere aportar nada más de su bolsillo como ya ha dejado claro en los últimos años donde ha paralizado al club económica y deportivamente.
Para la finalización del nuevo estadio (más de una década sin avanzar) Lim cuenta con los 80 millones del fondo CVC, los 30-35 de Atitlan, y asegura que Caixabank le prestaría 15 millones de euros y Rights and Media Funding Limited otros 15.
Es decir, la financiación para acabar el estadio alcanzaría los 145 millones como máximo cuando su coste real puede se acerque a los 200 y es ahí cuando 'partners' como Apollo podrían entrar en escena.
A preguntas de Vozpópuli, desde el Valencia CF aseguran que "con el club no ha habido contactos" con Apollo. No obstante, fuentes financieras insisten a este medio que el interés por la operación existe y podría profundizarse en cuanto se aclare el panorama judicial, aunque admiten que de momento no ha habido acercamientos significativos.
Otras fuentes apuntan a que la entrada de un socio con Lim todavía como mayoritario es una de las alternativas de solución integral del club en las que se está trabajando.
La incertidumbre lastra inversiones en el Valencia
Por lo pronto, las dudas sobre el nuevo campo y la judicialización del patrimonio inmobiliario han lastrado el interés por el Valencia de otros posibles inversores, como la Familia Real de Dubái, informó en su momento Vozpópuli. En mayo de 2022, el hijo del Emir, el príncipe H. H. Sheikh Hamdan bin Mohammed bin Rashid Al Maktoum en persona, visitó las instalaciones del club y el área de la ciudad donde se debe concluir el nuevo estadio.
Sin embargo, la situación económica del club -con una deuda a corto plazo que ya superaba los 200 millones- y el nivel incipiente de las infraestructuras -con el nuevo estadio sin un calendario de obras concreto- habrían disuadido a los inversores dubaitíes. Poco después, de hecho, estallaría la batalla judicial del Valencia con las administraciones por los retrasos en el nuevo campo.
Recientemente, informó Mundo Deportivo, la misma Familia Real de Dubái habría acelerado negociaciones con la Euroliga de Baloncesto, con el ok del FC Barcelona, para alumbrar allí un equipo propio a partir de la próxima temporada, aunque la operación podría retrasarse otros dos años.
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