La línea de alta velocidad entre La Meca y Medina está a apenas cuatro meses de convertirse en una realidad. Tras los últimos ensayos con los trenes que circularán por el trazado construido por el consorcio español Al-Shoula, las autoridades saudíes han establecido de forma orientativa la fecha del primer viaje entre las dos ciudades santas para mediados del próximo mes de enero. El último acuerdo alcanzado entre el Gobierno local y las empresas, ratificado en la última visita del rey Felipe VI, encuadró la puesta en marcha del servicio en el primer trimestre de 2018.
Todo parece indicar que el primer viaje que recorra los algo más de 450 kilómetros que separan La Meca de Medina se llevará a cabo en los primeros días del contexto temporal contemplado en el acuerdo, que contemplaba una extensión del plazo para finalizar unas obras que, teóricamente, tendrían que haber finalizado el pasado 2015.
En los últimos días se han llevado a cabo diversos ensayos en distintos tramos del trazado, cuya finalización está muy próxima. Los trenes de Talgo que ya se encuentran en suelo saudí han sido capaces de alcanzar velocidades en el entorno de los 330 kilómetros por hora en unas condiciones climatológicas exigentes, lo que ha sido elogiado por los responsables del cliente del proyecto, la Organización Saudí de Ferrocarriles (SRO, por sus siglas en inglés).
Tras recorrer el tramo entre las ciudades de Jeddah y Medina, el ministro saudí de Transportes, Sulaiman Al-Hamdan, mostró su satisfacción por el rendimiento de los trenes y apuntó que todo estaba prácticamente a punto para poner en marcha el servicio. Días más tarde, altos funcionarios de la SRO aseguraron que los primeros viajes tendrán lugar a mediados de enero.
El fin de una complicada aventura
Hasta entonces, resta concluir los últimos detalles del trazado y, especialmente en algunas de las cinco estaciones incluidas en el recorrido, cuya construcción no depende del consorcio español.
Con la puesta en marcha del servicio del primer tres de alta velocidad de Oriente Medio entra en juego la segunda parte del contrato, consistente en la operación de la línea durante 12 años, que correrá a cargo de Renfe.
El viaje inaugural del AVE La Meca-Medina pondrá fin a un proceso muy complicado, jalonado por la difícil relación entre las 12 empresas que componen Al-Shoula y también por las deficiencias en los trabajos realizados por el consorcio franco-chino previos a la instalación de la plataforma.
El problema de los sobrecostes
Las consecuencias se tradujeron en retrasos que llegaron a superar los 12 meses, lo que provocó la indignación de las autoridades saudíes, hasta el punto de que llegaron a amenazar con rescindir el contrato a finales de 2014. A partir de entonces, las compañías se conjuraron para intentar reducir los retrasos, objetivo que cumplieron parcialmente.
Al menos, lo suficiente para que el cliente suavizara su postura y se aviniera a negociar modificaciones en el contrato con el fin de otorgar más tiempo para finalizar la obra y reconocer una serie de costes extraordinarios, que totalizan unos 250 millones de euros. Una cifra insuficiente para compensar los sobrecostes en los que ha incurrido el consorcio, que se estiman por encima de 800 millones de euros.
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