El gasoducto Medgaz, que une la costa de Argelia con Almería y es una infraestructura geoestratégica para España, es ahora mismo una empresa de capital eminentemente extranjero.
Sus dueños casi absolutos son Argelia y Abu Dabi. El país magrebí controla el 43% de Medgaz a través de su empresa estatal Sonatrach, mientras que el emirato hace lo propio con Cepsa, de la que es dueña a través de su fondo soberano IPIC y mediante la cual posee un 35% del capital del gasoducto.
Los dos países árabes controlan conjuntamente un 78% de Medgaz, participación que elevarán al 90% cuando se repartan proporcionalmente el 12% que tiene en venta la francesa GDF y del que ejercitarán el derecho prioritario de tanteo.
Así que en el capital del gasoducto sólo quedará un pírrico 10% español, ahora en manos de Gas Natural Fenosa (GNF), después de que este lunes salieran definitivamente del capital Iberdrola y Endesa.
Desde hace meses, el Gobierno se movilizó para sondear a Argelia sobre la conveniencia de la entrada de Enagás para formar junto a Gas Natural un núcleo duro español
Dado que este vuelco en el accionariado de Medgaz estaba previsto desde finales del pasado año cuando las dos eléctricas confirmaron que abandonarían el capital, el Gobierno español se movilizó para sondear a Argelia sobre cuál sería la mejor fórmula para “españolizar un poco”, en palabras de una fuente del entorno del Ministerio de Industria, el gasoducto.
Su propuesta: que Enagás, el operador español del sistema de transporte gasista, se hiciera con un 10% del capital de Medgaz, no sólo por ser la compañía clave en la distribución de ese gas que viene por el tubo desde Argelia sino también porque convenía dotar de mayores cuotas de 'españolidad' al gasoducto. Coordinadamente, GNF y Enagás tendrán un 20% de Medgaz.
Desde un primer momento, la propuesta española fue vista con buenos ojos desde Argelia. Pero ha sido la reciente visita de dos días del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, iniciada el pasado 17 de junio, la que se ha traído para España el plácet del Gobierno magrebí a la entrada de Enagás, según confirman fuentes empresariales conocedoras de la visita.
El ministro, que fue acompañado principalmente por las grandes empresas constructoras españolas, se reunió además de con su homólogo argelino, Mourad Medelci, con el ministro de Energía, Yousef Yousfi, a la sazón responsable directo de Sonatrach, el grupo estatal que controla Medgaz.
Según las fuentes consultadas, Yousfi dio el 'sí' a la propuesta española. Ahora, los pasos a dar son los siguientes: GDF tiene que formalizar su venta del 12%, que pasará a manos de Sonatrach y Cepsa.
Posteriormente, los dos accionistas de control de Medgaz soltarán, cada uno, un 5% del capital para que Enagás pueda tomar un 10%, confirman estas fuentes. El Gobierno, que a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) controla una participación de referencia, ha bendecido ya la operación.
Antonio Llardén, presidente del operador gasista, se ha manifestado desde finales de 2012 a favor de esta operación, siempre que sea realizada en consenso con el resto de accionistas y con los dos gobiernos, señalan fuentes empresariales.
Con el terreno abonado, a la vuelta del verano, Sonatrach y Cepsa retomarán los contactos con Enagás para traspasarle cada una un 5% del capital
Así que a la vuelta del verano, Sonatrach y Cepsa retomarán los contactos con Enagás para formalizar su desembarco. La operación, además, va en línea con el buen entendimiento existente ahora entre los gobiernos español y argelino, una vez enterrado el conflicto que enfrentó a Sonatrach con Gas Natural cuando gobernaba Zapatero por la actualización de los precios del gas natural.
El litigio duró varios años y obligó al entonces ministro de Industria, Miguel Sebastián, a emplearse a fondo para tender puentes con Argelia y llegar a un acuerdo. Tras pasar por un arbitraje internacional, se firmó la paz. La empresa que preside Salvador Gabarró pagó a Sonatrach una compensación para actualizar el precio del gas y facilitó la entrada en su capital de la compañía estatal argelina, con un 4%, a cambio de que la catalana se hiciera con un 10% en Medgaz.
Ahora hay una entente cordiale entre las dos compañías y entre los dos gobiernos, así que ha sido fácil llegar a un acuerdo verbal sobre el reparto de poder del gasoducto más importante que une África con España.
El siguiente paso es hacer rentable un tubo que por la perenne crisis económica que vive España y por el bloqueo en la interconexión al que somete Francia al sistema eléctrico y gasístico español sigue infrautilizado.
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