Lo que los bancos no han hecho y menos aún la Generalitat, lo van a hacer los pequeños proveedores: llevar a concurso de acreedores a Husa Hoteles, la cadena que preside Joan Gaspart y que ahora corre un riesgo enorme de caída en efecto dominó, a nada que este proceso prospere y se vayan uniendo otros acreedores.
Algo que cuenta con muchas probabilidades, ya que serán pocos quienes querrán quedarse fuera de este proceso, en una compañía a la que le van quedando pocos activos de valor. Al menos, no cuenta apenas con hoteles emblemáticos.
Hay muchos inversores y acreedores ‘pillados’ por los impagos del grupo, entre ellos Javier Clemente, ex entrenador del Athletic de Bilbao o el célebre cocinero Karlos Arguiñano, que en su momento pusieron dinero en la sociedad dueña del hotel bilbaíno Jardines de Albia, explotado por Husa, también célebre por los impagos a su plantilla.
El pasado año, ambas celebridades mostraban en petit comité su enfado por esta deuda. No se tiene noticia de que hayan podido vender su posición a otros inversores.
Según algunas fuentes de mercado, Clemente entró en este negocio por contacto futbolístico: Gaspart, eterno directivo y finalmente presidente del FC Barcelona, tenía contacto con el entrenador, pero en este caso la relación no ha sido del todo satisfactoria.
Manifestaciones por los salarios
Los episodios con los acreedores han rozado lo esperpéntico, con manifestaciones de los empleados del Husa Chamartín también por impago de salarios, mientras en Sevilla, tuvo lugar el cierre del Hotel Mairena de Aljarafe, explotado por Husa y propiedad del grupo Sando, que ha denunciado el impago del contrato de alquiler.
Por cierto, la compañía que ha instado el concurso de acreedores es la sevillana Alterna Solutions, consultora especializada en procesos de outsourcing y recursos humanos, y que entre otras actividades hace la limpieza en el Aljarafe. Reclama 100.000 euros, es decir, una cifra pírrica puede ser la chispa que haga estallar la bomba ‘Husa’.
La cadena tiene 100 millones de euros sólo de deuda bancaria, a los que hay que sumar varias decenas más con la Seguridad Social y Hacienda.
Sin embargo, ha sido más que llamativo el apoyo de la Generalitat al grupo, por parte del Institut Català de Finances (ICF), que, después de Spanair, acumula ahora un nuevo fiasco; con dinero público, por supuesto.
No paga nunca
En mercado era conocida la cantinela desde hace tiempo: Husa no paga a nadie. Ni a proveedores (como puede verse por el concurso incoado), ni a empleados y tampoco a la banca, con quien estaba en un eterno proceso de refinanciación.
Pero el ICF ha sido un auténtico sostén para el grupo, con el que tiene contraída una posición deudora de cerca de 20 millones que será difícil recuperar. Conviene recordar que Husa no tiene casi ya activos en propiedad y sí muchos contratos de gestión que intentará recuperar su aliado Hotusa, con toda seguridad.
Juan Carlos I
Gaspart perdió ya el emblemático hotel Juan Carlos I de Barcelona y esta misma semana se ha conocido el fuerte Ere en el Husa Princesa de Madrid, centro que es eterno objetivo de una venta que nunca llega.
En Valencia, está a punto de perder dos de los tres que tenía. Así las cosas, sus estandartes son el Husa President Park en Bruselas y el Tarraco en Tarragona. Si Gaspart levanta esta situación concursal, podrá decirse que es uno de los empresarios más resistentes de esta crisis, ya que muchos daban por hecho que caería en 2013 y llegó a 2014.
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