La firma de la paz entre Repsol y Argentina ha desbloqueado las inversiones de Pemex, accionista de referencia de la petrolera española, en Galicia. El mismo día en que el Gobierno español conseguía, con la mediación del mexicano, sellar el acuerdo de compensación para Repsol por la expropiación de YPF, Pemex anunció la compra del 51% del astillero quebrado Barreras.
Han pasado poco más de tres semanas y en Galicia no sólo tienen ya carga de trabajo por valor de 300 millones de euros con Barreras, ahora filial de Pemex, sino que además se han garantizado la construcción de los dos barcos hoteles que estaban en el aire por la guerra abierta a tres bandas entre Repsol, Pemex y Argentina.
Ahora hay paz y la petrolera mexicana se ha comprometido verbalmente con el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, para que esos dos floteles se construyan en Galicia, aunque siga abierto el concurso internacional en el que compiten ocho ofertas.
Uno de esos licitantes es Barreras, que ha quedado en segundo lugar en el proceso de puntuación económica y financiera. Los sobres con la oferta técnica se abrirán el próximo 30 de diciembre y en enero, previsiblemente, Pemex tendrá que optar por la mejor oferta para construir esos dos floteles.
El 30 de diciembre se abrirán los sobres con las propuestas técnicas de las ocho ofertas y la de Barreras, ahora filial de Pemex, parte con ventaja
Pero el nerviosismo de la Xunta sobre la posibilidad de que algún licitante internacional, con mejor oferta, se haga con los contratos ha sido disipado estos días en Santiago de Compostela. Fuentes conocedoras de las reuniones de la petrolera con el Gobierno gallego señalaron a Vozpópuli que Pemex se ha comprometido a adjudicar estos dos floteles a su filial Barreras y después subcontratar buena parte de la carga de trabajo con los astilleros públicos de Navantia en Galicia.
El acuerdo inicial firmado en la primavera de 2012 entre Feijóo y el consejero delegado de Pemex Internacional, José Manuel Carrera, establecía que los astilleros públicos gallegos serían los encargados de construir estos dos barcos hoteles. Pero ha llovido mucho desde entonces y por medio ha estallado la guerra entre Argentina y Repsol, así que todo estaba en el aire.
Feijóo se había puesto nervioso por el hecho de que sólo Barreras, y no los astilleros públicos Navantia, recibieran la carga de trabajo de los barcos de Pemex
Hasta el punto de que Pemex activó el concurso internacional y obligó a los astilleros gallegos a trabajarse la oferta. Navantia tendrá que esperar a que Barreras se haga con la adjudicación de los contratos para posteriormente negociar con la ahora filial de Pemex qué parte del trabajo se realiza en los astilleros públicos.
Esta semana, Carlos Roa, ‘número dos’ de Emilio Lozoya, máximo ejecutivo de Pemex, dejó abonado el terreno a su paso por Santiago de Compostela: la candidatura de Barreras cuenta con "buena puntuación. Si podemos acabar en primer lugar en la puntuación técnica tendremos dos barcos y el compromiso de hacer uno aquí y otro en Navantia". Pero “si es el segundo lugar, solo tendremos un barco, que haríamos en Barreras".
No obstante, dijo Roa, "con la calidad que estamos presentando y el precio que estamos ofreciendo, tendremos los dos barcos, pero eso depende del proceso de licitación".
De puertas adentro, Roa tranquilizó a Feijóo y le informó de que Navantia contará con carga de trabajo gracias a estos dos floteles.
Según los acuerdos firmados el lunes, Barreras, de la que Pemex controla el 51%, tendrá carga de trabajo para dos años. Construirá un atunero de 85 millones de euros a partir de febrero y tres buques tanque, con un volumen total de inversión de alrededor de 300 millones de euros.
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