La consultora de ingeniería estadounidense URS ha concluido, en un concienzudo informe sobre el Almacén Temporal Centralizado (ATC), que "sobre la base de la información presentada por Enresa [la sociedad pública encargada de desarrollarlo] hasta la fecha, el emplazamiento previsto es inadecuado, desde el punto de vista geotérmico, para albergar unos edificios de estas características".
Según el informe, al que ha tenido acceso Vozpópuli [ver extracto adjunto], no se puede garantizar el "correcto funcionamiento de las cimentaciones" de unos edificios que tendrán que albergar los residuos nucleares de alta radiactividad de todas las centrales españolas.
"La presencia de materiales excepcionalmente expansivos y los riesgos existentes de que se modifiquen las propiedades de permeabilidad de las formaciones geológicas constituidas por yesos masivos representan amenazas muy importantes que impiden garantizar un correcto funcionamiento de las cimentaciones y no han sido caracterizadas suficientemente por Enresa ni los datos enmarcados en un modelo conceptual que los justifique", concluye el estudio de URS.
La consultora americana critica duramente a Enresa por no facilitar los datos requeridos durante la elaboración del informe: "Existen dudas acerca de los procedimientos de perforación, muestreo y almacenamiento de las muestras que Enresa no ha aportado. Se ha solicitado a Enresa aclaraciones sobre estos aspectos (…), a los que Enresa no ha contestado en la fecha de elaboración de este informe [octubre 2014]".
El estudio alerta de que "la incidencia del karst [relieve cárstico] tendría un efecto muy importante en el funcionamiento hidrogeológico del área, pues modifica su conductividad hidráulica y genera vías preferentes de flujo por la presencia de discontinuidades, fracturas, disoluciones, cavidades, etc.".
A la vista de los estudios y datos, URS considera que sería un riesgo inasumible construir el basurero nuclear en los terrenos de Villar de Cañas (Cuenca), al menos con la información aportada hasta la fecha por la empresa que lo va a desarrollar, Enresa.
El informe está en línea con otros estudios que han elaborado los geólogos del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), que consideran que los terrenos elegidos son "desfavorables". Aún así, el supervisor nuclear, tras una gran polémica y el voto particular contrario a la decisión de la consejera Cristina Narbona, ha dado la autorización previa para poner en marcha el proyecto, pese a que, además, los resultados de los nuevos sondeos profundos previstos no estarán hasta abril de 2016.
Con los datos aportados por Enresa, considerados insuficientes por URS, la cimentación de los edificios del ATC "no es viable"
"Hay que considerar que los edificios e instalaciones previstas pueden admitir algunos movimientos diferenciales si dispusieran de unas cimentaciones rígidas, de modo que no se producirían grietas y su estanqueidad y funcionamiento podría garantizarse, pero Enresa no ha realizado hasta la fecha estimaciones o pronósticos de las diferentes deformabilidades (sic) que inevitablemente se producirían en el caso de llevarse a efecto las cimentaciones previstas que, con los datos actuales, no es viable", añade con rotundidad el estudio.
La ingeniería URS se rige por estrictos criterios recogidos en el manual técnico 'Foundations in Expansive Soils', que ha sido elaborado "por y para el ejército de los Estados Unidos" e introduce ciertos "márgenes de conservadurismo", avisa la consultora.
La consultora se rige por el manual técnico que ha sido elaborado "por y para el ejército de los Estados Unidos"
Critica que "Enresa no ha presentado datos relativos al rango de movimientos esperables, habida cuenta de las presiones máximas de henchimiento obtenidas", de forma que, con los datos que se han manejado y "sobre la base de la experiencia", estas condiciones son "inadmisibles para unas instalaciones como las previstas [cementerio nuclear]", que representan un grave riesgo para la población y el medio ambiente.
Por todo ello, el informe concluye que el ATC no debe construirse sobre los terrenos elegidos por Enresa en Villar de Cañas.