El pasado sábado volvió a ser un día complicado para Al-Shoula, el consorcio español que construye el trazado de alta velocidad entre las ciudades santas de La Meca y Medina, en Arabia Saudí. Una nueva visita a las obras del ministro local de Transportes, Muhammed Al-Muqbel, terminó en otra severa advertencia para el grupo de empresas: o aceleran el ritmo de la construcción o perderá el contrato, valorado en algo más de 6.000 millones de euros.
En esta ocasión, el problema está focalizado en los talleres que se levantan en Medina, punto de partida y final de la línea y desde donde partirán los trenes que realizarán en breve los primeros ensayos para comprobar la fiabilidad del trazado. Al-Muqbel mostró su desencanto con el ritmo de los trabajos de estas instalaciones, que fueron subcontratados por el consorcio a dos empresas españolas después del pasado verano.
Aunque las previsiones apuntaban a que las obras se extenderían por el plazo de un año y medio, el estado de los trabajos no convenció en absoluto al ministro, que no dudo en asegurar que el ritmo de era demasiado lento e incluso que la calidad de la producción no estaba a la altura de lo esperado.
De esta forma, Al-Muqbel instó al consorcio a presentar de manera urgente un plan alternativo que permita finalizar los trabajos de los talleres a tiempo, plan que deberá supervisar antes la Organización Saudí de Ferrocarriles (SRO, por sus siglas en inglés), que es la empresa pública que actúa como cliente de la obra y que, a su vez, está presidida por el ministro.
Al-Muqbel también emplazó al consorcio a que buscara nuevos contratistas para llevar a cabo los trabajos en Medina por si el plan alternativo presentado no fuera de su agrado. En las próximas horas, la SRO analizará la propuesta y determinará si la aprueba o si, por el contrario, obliga al consorcio a formalizar nuevos contratos para levantar instalaciones consideradas como claves para el proyecto.
Terminar la estación con urgencia
El ministro también aprovechó la visita para reiterar la urgencia de que la estación de la Ciudad Rey Abdalá (una de las paradas previstas en el trazado) esté operativa. Precisamente, éste será el punto final del recorrido de los trenes en los ensayos que comenzarán en breve y que partirán de Medina.
Al contrario de lo que sucedió a finales del pasado mes de diciembre, cuando Al-Muqbel se presentó por sorpresa para supervisar el desarrollo de los trabajos y lanzó su primera amenaza de rescisión de contrato, en esta oportunidad la visita estaba prevista y anunciada.
Además, se producía en un clima tenso pero de cierta calma, toda vez que la llegada del nuevo consejero delegado de Al-Shoula, Santiago Ruiz, había contribuido a destensar el ambiente, dada su buena relación con Al-Muqbel.
Sin embargo, la jornada concluyó con una nueva advertencia severa del que se ha convertido en el auténtico azote del consorcio español del AVE a La Meca.
Intento de cerrar filas
Tras la primera de las amenazas, el grupo de empresas decidió cerrar filas y trabajar con la mayor celeridad posible para concluir a tiempo las obras. Al mismo tiempo, desde el Ministerio de Fomento se lanzó una consigna para que las compañías olvidaran las escaramuzas que habían surgido entre ellas en el desarrollo de las obras, que también habían derivado en filtraciones interesadas a la prensa.
Desde entonces, el ruido en torno al contrato del AVE a La Meca ha disminuido de forma notable, lo que no ha impedido que trascendiera algún movimiento de salida en el consorcio. La visita del ministro saudí del sábado ha vuelto a disparar las alarmas.
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