El tren de alta velocidad (AVE) entre las ciudades saudíes de Medina y La Meca, construido por un consorcio español, ha recorrido este domingo por primera vez toda la línea en fase de pruebas, sin que se registrasen incidencias.
El trayecto de cerca de 450 kilómetros fue completado en 2 horas y 52 minutos y, en algunos tramos, el tren superó los 300 kilómetros por hora, según informó un portavoz del consorcio español Al Shoula a Efe.
Al viaje inaugural asistieron el ministro saudí de Transporte, Nabil al Amudi; otras autoridades del país; el embajador español, Álvaro Iranzo; representantes de las empresas constructoras e invitados, según informó la agencia oficial SPA.
Superó los 300 Km/h
El AVE superó los 300 kilómetros por hora, la velocidad máxima a la que circulará comercialmente, en el tramo entre las estaciones de Medina y KAEC, ubicada en la Ciudad Económica Rey Abdalá, ubicada en la costa del Mar Rojo.
Las empresas constructoras, encargadas de desarrollar la segunda fase del proyecto, se habían comprometido a realizar una demostración de servicio antes del final de 2017, por lo que hoy era el día límite.
Comenzará a operar en marzo
El tren entre las dos ciudades santas de Arabia Saudí iniciará su operación comercial previsiblemente el próximo marzo, a pesar de que hay retrasos en las obras de tres de las cinco estaciones, que han sido adjudicadas a empresas locales.
El consorcio encargado de la segunda fase del proyecto está integrado por doce empresas españolas -ADIF, Cobra, Consultrans, Copasa, Dimetronic, Imathia, Inabensa, Ineco, Indra, OHL, Renfe y Talgo- y las saudíes Al Shoula y Al Rosan.
La fase 2 del proyecto fue adjudicada a finales de 2011 por 6.736 millones de euros e incluía el diseño y la construcción de la vía y sistemas a lo largo de más de 450 kilómetros y el suministro de 35 trenes, además de su operación y mantenimiento durante doce años.
El plazo para la entrega de las obras fue aplazado 14 meses con respecto a la fecha inicialmente prevista debido a los atrasos que se produjeron por las dificultades técnicas del proyecto, que atraviesa zonas de desierto que han obligado al consorcio español a implantar 30 tecnologías para adaptarse a la arena y al calor.
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