Fue una de las grandes apuestas del Ayuntamiento de Madrid para ahorrar costes. Un nuevo contrato de recogida de basuras que pretendía obtenerse con un descuento medio del 20% sobre los existentes. Sin embargo, la rebaja no pudo ser asumida por ningún grupo, por lo que la licitación quedó desierta. Como la basura no podía quedar sin recoger, el equipo de Ana Botella no tuvo más remedio que prorrogar el contrato con el adjudicatario anterior, en este caso FCC, por un año más con opción a otro.
¿Y dónde quedó el ahorro? En los planes del por entonces concejal de Medio Ambiente, Antonio de Guindos, porque la citada prórroga mantiene las condiciones que tenía el contrato original. Es decir, que la recogida de basura seguirá costando lo mismo a los madrileños, al menos durante dos años más.
El entusiasmo de Botella ante los planteamientos de De Guindos fue total. El nuevo contrato traía consigo, además, la novedad de que los domingos y festivos no habría recogida de basura lo que, teóricamente, generaba un cierto ahorro de costes. Sin embargo, los cálculos del entonces concejal de Medio Ambiente chocaban con las cifras del sector.
De Guindos recabó consultas y se topó con la dura realidad que le plantaron los potenciales proveedores. La rebaja media del 20% en el contrato hacía que éste no fuera rentable para ninguna empresa teniendo en cuenta que se trata de un servicio muy intensivo en capital desde el primer momento.
Con las mismas condiciones
Pero de poco sirvieron las advertencias. El Ayuntamiento siguió adelante con sus planes sin tener en cuenta que ninguna empresa recogería la basura en Madrid perdiendo dinero. Al cerrarse el plazo para la presentación de ofertas, sobre la mesa de De Guindos tan sólo estaba la de FCC, prácticamente obligada por ser el adjudicatario del contrato anterior y que suponía un mero trámite.
Los potenciales adjudicatarios advirtieron a De Guindos que con la rebaja pretendida el contrato no sería rentable para ningún grupo
De este modo, el Ayuntamiento tomó una decisión urgente y por la puerta de atrás: prorrogar el actual contrato con FCC durante un año, con opción de otro más, mientras trata de articular una alternativa. Y, por supuesto, manteniendo las condiciones económicas originales, sensiblemente más caro que el megacontrato propuesto por el equipo de Antonio de Guindos, con una cuantía de 542,9 millones de euros por ocho años con opción a dos adicionales.
Al final, los planes de ahorrar una media del 20% en la recogida de basuras se ha transformado en un compromiso para seguirla pagando al mismo precio durante dos ejercicios. Pese a la ejecución del plan de proveedores, las compañías que prestan servicios a las Administraciones Públicas no están dispuestas a hacer ni una concesión más. En el transcurso de 2012 se ha vuelto a generar una importante deuda por impago de los servicios por parte, sobre todo, de los ayuntamientos.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación