El problema de limpieza que padecen las calles de Madrid desde hace tiempo amenaza con transformarse en una situación insostenible. La actual corporación municipal considera que el origen está en los contratos licitados por el equipo de Ana Botella en 2013, con un presupuesto tan ajustado que hacía prácticamente imposible que los contratistas lo hicieran rentable. Ahora, el Ayuntamiento que encabeza Manuela Carmena estudia diversas fórmulas para acabar con ellos, aunque no le resultará precisamente sencillo.
Entre otras cosas, la actual corporación municipal de Madrid se planteó la posibilidad de anularlos para intentar solventar el problema. Sin embargo, el equipo de Manuela Carmena descartó la medida por imposibilidad jurídica.
Otra de las opciones pasa por la rescisión paulatina de los contratos, aunque para llevarla a cabo deberá cargarse previamente de un buen puñado de argumentos jurídicos. Con este cometido, Carmena ya cuenta con un equipo de inspectores que están evaluando si las compañías contratistas están haciendo su trabajo correctamente. En caso contrario, elaborará un informe que permita romper los contratos y licitar unos nuevos.
En las últimas semanas, el Ayuntamiento de Madrid ha realizado diversas advertencias a las compañías contratistas del servicio al considerar que su trabajo no está resultando satisfactorio, llegando incluso a amenazar con una posible rescisión del contrato.
Escasez de recursos
Fuentes conocedoras de la situación señalan que durante todo este tiempo el diálogo entre las empresas y el Ayuntamiento está siendo continuo y fluido. Aunque no lo manifiestan públicamente, las contratistas también consideran que el problema está en el origen, es decir, en las características de los contratos que licitó la corporación que lideraba Ana Botella.
Durante todo este tiempo el diálogo entre las empresas y el Ayuntamiento está siendo continuo y fluido
La polémica estalló cuando estas empresas comenzaron a llevar a cabo reducciones de plantilla nada más hacerse cargo de los contratos con el fin de tratar de hacerlos rentables. Al contar con menos personal, el servicio era insuficiente para llegar a todos los rincones de la capital, algo de lo que se resintieron muchos de ellos.
Las contratistas sostienen que están cumpliendo con su cometido y que los inspectores no podrán atestiguar lo contrario. "Llegamos donde podemos, con los recursos que tenemos. El problema sólo se solventa si el Ayuntamiento de Madrid destina más dinero a la limpieza de las calles", apuntan desde una de estas empresas.
Seis años más con los contratos
"Si el Ayuntamiento nos rescindiera el contrato y se lo adjudicara a otra empresa se encontraría con el mismo escenario, a no ser que el nuevo contrato contara con mayores recursos económicos", prosiguen las citadas fuentes que, además, apuntillan que "no sería la primera vez que sucede algo como esto".
Por el momento, lo que ha hecho el Ayuntamiento es incrementar la plantilla en busca de mayor eficiencia. Al tiempo, aguardará a los informes de los inspectores para comprobar si cuenta con respaldo legal para rescindir algunos de los contratos. De lo contrario, proseguirá estudiando la manera de solventar el problema, con la idea de que si se mantienen los actuales contratos, será muy difícil conseguirlo.
Todavía restan seis años para que los contratos lleguen a su fin, más las correspondientes prórrogas contempladas. La solución pasa por que las partes sigan hablando y lleguen a un punto de acuerdo. Pero hacer borrón y cuenta nueva resulta prácticamente imposible.
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