En una misma semana, el Gobierno autonómico de Isabel Díaz Ayuso ha tenido dos detalles alentadores con los empresarios. El primero, el pasado lunes, cuando su equipo económico se comprometió a seguir limpiando "grasa" burocrática para facilitar la actividad. El segundo, este miércoles, cuando la propia presidenta regional acudió a la Asamblea Anual de Cepyme para arropar a sus asociados, frente al rotundo plantón de Moncloa.
La patronal celebraba la cita más importante del año en la sede de la filial española del Banco Santander. Y estaba prevista la aparición del ministro para la Transformación Digtal, José Luis Escrivá. Moncloa le había encargado representar al Ejecutivo en un terreno poco amable, por el descontento evidente del empresariado. Finalmente, el Gobierno dio marcha atrás y anuló por motivos de agenda la presencia de Escrivá.
La ausencia de ningún representante gubernamental fue interpretado como una afrenta más en un auditorio al que sí acudió, puntual, Díaz Ayuso. Junto al presidente de Cepyme, Gerardo Cuerva, estaban presentes el presidente de la patronal madrileña (CEIM), Miguel Garrido; el presidente de la mayor organización de autónomos (ATA), Lorenzo Amor; o la presidenta de la patronal bancaria (AEB), Alejandra Kindelán. Por parte del gobierno madrileño también acudió la consejera de Economía y Empleo, Rocío Albert.
La presidenta de la Comunidad de Madrid hizo suyo el duro manifiesto que Cepyme había difundido al arrancar el acto. Denunció las "decisiones políticas frívolas" del Gobierno central y su "idea totalitaria del empresario como un burgués explotador". Luego declaró su admiración hacia los empresarios: "Sois los héroes de la economía".
Cepyme aprovechó su Asamblea Anual para declarar su hartazgo por las trabas y la animadversión del Ejecutivo de coalición. Abrió fuego su presidente, quien se declaró "harto" por la "situación de ataque que están sufriendo". Gerardo Cuerva hizo alusión directa a la decisión del Gobierno de abrir el diálogo social a Conpymes, la organización que amadrinó en su día la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez. "Es triste que quien poco conoce cómo ha funcionado el diálogo social en España en las últimas cinco décadas, quiera dinamitarlo, eludiéndolo por un lado, colonizándolo con interlocutores dóciles por otro", aseveró Cuerva.
El presidente de Cepyme cargó contra este "asalto a la representatividad empresarial y el intento de deslegitimar" a las dos grandes patronales, "junto con la demolición del diálogo social y la negociación colectiva". Para Cuerva, "el ejemplo del diálogo social es palmario". "Las casi 5000 mesas de negociación en las que los expertos en las empresas de los territorios y los sectores llevan poniéndose de acuerdo durante cinco décadas, son ninguneadas por el Gobierno. Las ningunea un ministerio de Trabajo que pretende imponer sus trasnochadas tesis de control público de los medios de producción y de planificación económica, en la que la mayoría de los ciudadanos dependen directamente de los presupuestos del Estado".
Duro manifiesto de Cepyme
El manifiesto de Cepyme deja constancia del malestar por la "injerencia" y la "política persecutoria incriminatoria" del Gobierno central. Una campaña que, a su juicio, extiende una "desconfianza infundada" hacia los empresarios y "menoscaba la flexibilidad y el buen funcionamiento de los negocios".
Por ello, Cepyme insta a realizar una "defensa activa" contra el "goteo de medidas de control, de supervisión y de sanciones" aprobadas en los últimos años. Cepyme cree que ese 'acoso' tiene un origen claro: la desconfianza hacia el cumplimiento de las normas por parte del empresario. El "basta ya" -literal- de la patronal va contra el empeño del Gobierno en "aplicar al empresario el principio de culpabilidad en cualquiera de sus acciones".
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