Poder absoluto a cambio de mantener la obra social. Ese es el pacto al que han llegado los grandes interesados (Santander y BBVA) en adjudicarse Catalunya Caixa con la caja catalana, en los contactos que han venido manteniendo en las últimas semanas. Para ello, la entidad que preside Adolfo Todó ha decidido poner en venta su participación en CatalunyaBanc, del 10,26%, en las mismas condiciones en las que el comprador obtendrá el 89,74% de acciones en manos del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria.
Ni el Santander, que puja en nombre de Banesto, ni el BBVA, los principales candidatos a una puja en la que también estarán presentes Kutxabank, el Sabadell o incluso Bankia, aunque ésta última puede ser invitada por Economía, como sucedió en el proceso de Unnim, a retirarse del proceso, quieren tener ningún tipo de distorsión a la hora de tomar decisiones en el banco catalán. "Los grandes quieren comprar paquetes completos en este tipo de subastas. Aunque un 10% es una representación mínima y no influye en las decisiones finales, es una 'molestia' que no están dispuestos a aceptar", aseguran fuentes del sector.
Con la venta de su participación en el banco, la caja catalana refuerza la obligación de convertirse en una fundación y pierde la única vía de financiación de su obra social. A cambio de ceder su paquete accionarial, Catalunya Caixa ha conseguido de los grandes un acuerdo para que éstos mantengan el compromiso social. "De hecho, esta ha sido una de las grandes peticiones de la caja catalana en los encuentros que ya han tenido lugar con algunas entidades", explican fuentes conocedoras de estos contactos.
Como adelantó Vozpópuli, tanto el Santander como Banesto, que se convertiría en el nuevo dueño de la entidad catalana, cuentan ya con equipos de trabajo dedicados en exclusiva al estudio de la operación de la entidad nacionalizada. Según fuentes financieras, José García Cantera, consejero delegado de Banesto, ha viajado en las últimas semanas a Barcelona para abordar la operación.
Mientras, BBVA sigue interesado en crecer en el mercado catalán tras la compra de Unnim. Con la adjudicación de Catalunya Caixa, el banco presidido por Francisco González superaría el 30% de cuota del mercado catalán, el preferido por todas las entidades debido a su potencial de negocio.
La privatización de CatalunyaBanc se inició ayer con el proceso necesario para seleccionar el banco de inversión que actúa como asesor en este tipo de operaciones. El calendario previsto del proceso comprende dos fases antes de la adjudicación. En la primera, tras designar el Banco de Inversión que intervendrá en el proceso, se entrega el cuaderno de ventas y la carta del proceso a las entidades peticionarias, que disponen de cuatro semanas para la realización de una oferta no vinculante, según informó ayer la entidad catalana.
Recibidas dichas ofertas, comienza la fase de due diligence de la entidad, que conlleva, entre otros, entrevistas con los equipos directivos y revisión de expedientes. Tras cuatro semanas, se produce la recepción de ofertas vinculantes que, una vez analizadas, concluye, dos semanas después, 2 con la selección de la mejor oferta. Por lo tanto, el proceso se prevé que finalice en el mes de julio.
Inicio de la subasta del Valencia
La comisión rectora del FROB también ha aprobado en su reunión de este jueves el plan inicial de reestructuración de Banco de Valencia y ha iniciado los contactos con los potenciales interesados en adquirir la entidad, informó el Banco de España. El Banco de Valencia está siendo administrado por el FROB desde el pasado 21 de noviembre después de que sus graves problemas de solvencia provocaran su intervención ante la negativa del Banco Financiero y de Ahorros (BFA), matriz de Bankia, de aportarle capital.
El organismo que preside Miguel Ángel Fernández Ordóñez comenzó el reparto del cuaderno de venta del Banco de Valencia entre las entidades financieras el pasado martes, pistoletazo de salida del proceso que llega un mes más tarde de lo previsto por el sector financiero. Está previsto que tanto la adjudicación de esta filial de Bancaja como la de CatalunyaCaixa cuenten con esquema de protección de activos contra pérdidas futuras (EPA) que cubrirá el fondo de garantía de depósitos (FGD), que se nutre de las aportaciones privadas de las entidades.
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