La banca lleva días revolviéndose ante los últimos mensajes del Banco de España. Bankia porque niega las cifras de reducción de tamaño anunciadas por el supervisor. En el caso de Novagalicia, la queja se ha elevado por la determinación desde el Palacio de Cibeles de iniciar la venta de la entidad una vez concluida la puja por Catalunya Caixa. Ahora el pulso proviene desde las entidades sanas ante el fin de la concesión de esquemas de protección de activos (EPA) en las próximas subastas de entidades.
"No se puede reanudar la venta de las entidades nacionalizadas y cambiar las reglas del juego tras la primera adjudicación. Todos los procesos deben tener las mismas características. Si se ha concedido un EPA en la venta del Banco de Valencia no hay otra vía que resolver las adjudicaciones de Catalunya Caixa y Novagalicia con esta protección al comprador", inciden desde una entidad. "Si no hay EPA será complicado colocarlas en el mercado", advierten en otro banco.
El supervisor aseguró el pasado jueves que la venta del Banco de Valencia, adelantada por este medio, ha sido la última en la que se haya cubierto al comprador ante un determinado número de carteras. Fuentes del Banco de España razonaron la concesión de un EPA ante la celeridad del proceso que ha concluido con la compra por parte de La Caixa.
Entre inyecciones de capital y futuras pérdidas cubiertas, la venta del Banco de Valencia ha supuesto 6.100 millones de dinero público. La liquidación se habría elevado a 7.000 millones
"La venta se ha tenido que acelerar por necesidades de deterioro de la entidad y, por tanto, el comprador no ha tenido suficiente tiempo para estudiar al detalle todos los números. De ahí, que se haya acordado proceder un EPA para activos diferentes a la cartera inmobiliaria. El EPA se creó para proteger ante las pérdidas del inmobiliario. Ahora, con la transferencia de los activos tóxicos a la Sareb (banco malo) ya no tiene sentido continuar con este procedimiento. Por tanto, no habrá más EPAs en el futuro", explican fuentes del Banco de España.
El esquema de protección de activos previsto para el Banco de Valencia cubrirá el 72,5% de las pérdidas en dos carteras: Pymes-empresas y otros pasivos contingentes. Ambas carteras suman 6.400 millones (5.000 millones en préstamos a Pymes y el resto en otros pasivos) para las que ya existen provisiones por valor de 400 millones. El supervisor asegura que el riesgo cubierto no es excesivo. En el escenario adverso de Oliver Wyman, las pérdidas serían de algo más de 600 millones de euros.
De confirmarse estas cifras, la factura total de dinero público inyectado al Banco de Valencia asciende a 6.100 millones de euros. La primera entrada de ayuda del Estado, por una cuantía de 1.000 millones, se produjo a finales del pasado año en el momento de la intervención de la entidad valencia. El FROB inyectará otros 4.500 millones antes de que el Valencia quede integrado en La Caixa.
El coste de la liquidación de la entidad no estaría muy lejos de los 7.000 millones, según estimaciones realizadas en el sector.
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