Banco Sabadell ha culminado la constitución de su antiguo fondo inmobiliario Sabadell BS Inmobiliario FII en una socimi (sociedades anónimas cotizadas de inversión inmobiliaria), según han confirmado fuentes financieras a Vozpópuli. La nueva firma, bautizada como Sabadell Patrimonio Inmobiliario Socimi, estará presidida por Joan Bertran, director de Inversiones Inmobiliarias de la entidad catalana y máximo responsable de la filial Solvia, cuyo futuro se debate en la actualidad entre encontrar un socio o convertirla también en socimi.
La transformación en socimi de este fondo, el último que quedaba en España de esta naturaleza después de que BBVA liquidara el suyo y Santander expulsara a sus partícipes para intentar su liquidación mediante ventas directas de sus activos, se llevaba gestando desde hace varios meses, tal y como adelantó a este diario en marzo pasado. Con esta operación, la entidad que preside Josep Oliu podrá dar entrada tanto a inversores particulares como a institucionales y se beneficiará de las ventajas fiscales que disfrutan las socimis. Se trata del primer banco español que da el salto al mercado de las socimis.
Sabadell pensaba quedarse como único fondo de inversión inmobiliario en España, pero viendo el giro del mercado, ha vaciado de inversores particulares su producto, para volver a abrirlo posteriormente, dando cabida tanto a capital privado como institucional. Así, tendrán cabida family offices y grandes fondos, además de ahorradores particulares.
La nueva sociedad hereda del fondo Sabadell BS Inmobiliario un patrimonio próximo a los 1.000 millones de euros, que se distribuye en 24 complejos de oficinas, tres hospitales, 1.600 viviendas, 3.200 plazas de aparcamiento, 69 locales comerciales y tres naves industriales. La mayoría de los inmuebles están bajo contrato de arrendamiento. Entre los edificios que tiene alquilados figuran los hospitales Quirón de Barcelona, Bilbao y San Sebastián, las fábricas de Faurecia en Barcelona, Navarra y Valencia o las sedes de Urbaser y Telvent en Madrid. También aparece un edificio en París que la entidad puso a la venta pero que, ahora, tras la creación de la socimi, la operación está en estudio.
Las socimi permiten dar acceso al sector inmobiliario español sin necesidad de preocuparse de la gestión. Los inversores internacionales, que desean comprar ladrillo en España de una manera desaforada, logran con estos vehículos evitarse análisis de entrada de los inmuebles y su posterior mantenimiento. Su actividad principal es la adquisición, promoción y rehabilitación de activos de naturaleza urbana para su arrendamiento directamente o a través de otras socimis.
La creación de socimis, inspiradas en las REIT americanas, se ha desatado en el último año y medio a raíz de los cambios normativos que el Gobierno introdujo en 2013, que permiten a estas sociedades no pagar impuestos por los beneficios generados. Están obligadas, asimismo, a repartir el 80% de las ganancias en dividendos. Su fin último es salir a cotizar.
En 2014, han saltado al parqué cinco socimis, que se suman a otras dos, Entrecampos Cuatro y Promorent, que lo hicieron a finales del pasado ejercicio. Las más grandes han sido las de Merlin Properties, con 1.291 millones de euros captados, Hispania, con 533 millones y en la que además de Azora participa George Soros, y Grupo Lar, con 400 millones. Completan la lista Axia, con 170 millones, y de menor tamaño Mercal Inmuebles, que cotiza en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB). Las siete se han convertido, en conjunto, en las principales canalizadoras de dinero, con inversiones cercanas a los 2.000 millones de euros, en un mercado inmobiliario que poco a poco comienza a recuperarse.
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