Las resacas de los test de estrés de la banca no parecen buenas para las entidades. Al menos en España. Eso es lo que reflejan los datos tras dos jornadas bursátiles. En solo un par de sesiones, y pese a conocerse que todos los bancos españoles habían aprobado holgadamente las pruebas de resistencia, los mercados han infligido un duro correctivo al sector en Bolsa, que han visto que su capitalización bursátil se reduce en unos 9.552 millones de euros. Es decir, que los inversores estiman que las seis principales entidades financieras españolas valen casi 10.000 millones de euros menos que el pasado viernes, cuando se cerraron las cotizaciones y no se conocían los resultados de los exámenes de la EBA.
El mayor correctivo y la pérdida de valor más grande, en volumen, la sufre Banco Santander, que ha visto como casi 4.200 millones de euros de capitalización bursátil se han desvanecido desde que este lunes se abrieron los mercados. Tras la entidad presidida por Ana Botín, es su máximo rival, BBVA, quien registra una mayor destrucción de valor, con más de 2.800 millones de euros perdidos en dos jornadas. El resto de bancos han visto caer sus capitalizaciones en varios cientos de millones en un plazo de apenas 48 horas: Caixabank (-886 millones), Sabadell (-695), Popular (-587) y Bankia (-345 millones).
Bankia es la que recibe un menor castigo bursátil. El banco nacionalizado cae un 4,41% en Bolsa entre el lunes y el martes
Precisamente Bankia, la entidad que presentó unos mejores resultados en sus pruebas de resistencia, es la que a su vez recibe un menor castigo bursátil. El banco nacionalizado cae un 4,41% en Bolsa entre el lunes y el martes, y deja su cotización a niveles cada vez más próximos a mínimos. En el otro extremo se sitúa, por su parte, Banco Popular, que fue la entidad más débil en los recientes test de estrés. El banco presidido por Ángel Ron ha visto cómo en dos días su valor se ha depreciado un 11,2% en los mercados, caídas que se suman a las sufridas durante los últimos meses tras la puesta en marcha de una ampliación de capital de más de 2.500 millones de euros.
Ligeramente por debajo se sitúan los castigos infligidos a los dos grandes bancos, Santander y BBVA, que cada uno ha visto caer su cotización un 7,65% y un 8,43% respectivamente. Banco Sabadell registra una caída similar, de un 8,20%, mientras que la de Caixabank (la única entidad financiera española que ingresa por comisiones más que la media europea) desciende un 6,70%.
Un desplome que ya es casi tradición
Más allá de las preocupaciones (con fundamento) de analistas, inversores y supervisores sobre los bajos niveles de rentabilidad de los bancos españoles en su conjunto, lo cierto es que las caídas en Bolsa posteriores a las pruebas de resistencia de la EBA o el BCE son casi una tradición. Los últimos dos grandes stress test llevados a cabo por las autoridades europeas prosiguieron con caídas generalizadas en Bolsa, y con los bancos padeciendo por ello.
Los inmediatamente anteriores a los del verano de 2016 fueron los test de estrés de otoño de 2014. En aquella ocasión, el 26 de octubre tanto la Autoridad Bancaria Europea (EBA) como el Banco Central Europeo (BCE) publicaron los resultados, entidad por entidad, de un minucioso análisis a la banca del continente. En aquella ocasión tan solo Liberbank suspendió las pruebas por constatarse un déficit de capital, si bien al lunes siguiente todos los bancos españoles sufrieron fuertes caídas, con Caixabank (-3,98%) y Sabadell (-3,05%) como las entidades más castigadas.
Otro tanto ocurrió con las cotizaciones de los seis principales bancos españoles tras las pruebas de estrés de julio de 2011, coordinadas también por la EBA. En aquel momento suspendieron los test cinco entidades financieras españolas (Banco Pastor, CAM, Caja3, Unnim y CatalunyaCaixa), pero todas las grandes cotizadas superaban los límites de capital. Sin embargo, las bolsas reaccionaron al lunes siguiente con desplomes y caídas de entre el -4,89% de Caixabank y el 0,71% de Banco Popular.
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