Cuando parecía que el escenario de provisiones se estaba despejando para la banca europea, un nuevo terremoto se divisa. Y es que desde hace meses países del norte de Europa presionan para que las carteras de deuda soberana en poder de los bancos dejen de ser considerados como libres de riesgo. Esto supondría, en la práctica, la imposición de nuevas provisiones para las entidades bancarias de la zona euro que podrían oscilar entre os 24.000 y los 135.000 millones de euros, según las estimaciones de la agencia de calificación Fitch, tal y como se reflejan en un reciente informe (ver gráfico inferior).
De convertirse en una realidad, esta penalización (vía provisiones) de la deuda soberana afectaría especialmente a los bancos de los países de la zona euro, entre ellos españa. Esto es así porque, tal y como señala Fitch a partir de datos de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), existe un sesgo mucho mayor de los bancos de la moneda única a favor de comprar la deuda soberana de su propio país frente a los bancos europeos fuera del euro. Serían por tanto las entidades de Irlanda, España, Italia, Portugal e incluso Alemania (en sus landesbanken) quienes se verían más penalizadas.
Tal y como explican los analistas de Fitch, la cifra de 135.000 millones de nuevo capital sólo sería necesaria en el peor escenario para los bancos. "Aplicando el actual modelo estandarizado de Basilea para la deuda soberana se tendrían que incrementar los requerimientos de capital en alrededor de 67.000 millones de euros", explican, al tiempo que reducen esta cifra de capital adicional a apenas 24.000 millones con un mínimo de ponderación del riesgo de un 10%. Además, los bancos menos afectados serían los más grandes y sistémicos, ya que son los que en general más han diversificado sus inversiones en bonos, y "alcanzarían cómodamente un límite soberano del 50% en su capital elegible".
Si no fueran capaces de levantar tanto capital, la otra alternativa que le quedaría a los bancos europeos sería la liquidación de todas aquellas carteras que excedieran los límites fijados por las autoridades. Las exposiciones soberanas que tendrían que deshacerse podrían superar los 492.000 millones de euros, según los cálculos de Fitch. En el caso de la banca española, una de las más expuestas a su propia deuda pública (y a la de países como Portugal), la cifra de venta de bonos y letras del Tesoro podría superar los 85.000 millones de euros, equivalente a más de un 8% del PIB.
Beneficio para el sector privado, pero más riesgo
¿Qué lógica hay detrás de penalizar la deuda soberana en los balances de los bancos, precisamente ahora que estos llevan años adquiriéndola gracias al carry trade fomentado por el propio Banco Central Europeo? Parte del objetivo, además de volver a marcar diferencias (vía prima de riesgo) entre los países del norte y los del sur de Europa, consiste en beneficiar al sector privado, que vería en teoría cómo se reducirían sus costes de acceso a la financiación al reducirse las ventajas que para los bancos supone la deuda pública (que hasta ahora era un activo libre de riesgo).
La medida, sin embargo, incrementaría el riesgo de contagio en la zona euro, según los analistas de Fitch, ya que "los bancos de la periferia podrían tener que elegir entre diversificar invirtiendo en deuda soberana más seguras a costa de sacrificar aún más sus débiles ingresos, o diversificar en otros países periféricos, incrementando potencialmente el riesgo de contagio a otros países", según explican.
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