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Rato negoció con otros grupos en paralelo a La Caixa para salvar Bankia

El ex ministro niega que la fusión con la entidad catalana se estropeara por personalismos y que sólo hubo contactos iniciales. "No llegaron a entrar los bancos de inversión en el proceso, por tanto no hubo negociación".

Para algunos, pudo haber sido la solución para Bankia. Para otra parte del sector, la condena de La Caixa. Meses después de la fallida operación entre ambos grupos, Rodrigo Rato sigue negando que la fusión se frustrase por injerencias políticas o sus propias aspiraciones personales en la cúpula del nuevo grupo. "Esto no se estropea por un problema de personalismos", aseguró Rato en su comparecencia en la Comisión de Economía del Congreso. Sin embargo, durante las semanas en las que se produjeron los encuentros, Isidro Fainé, presidente de La Caixa, dejó caer en varias intervenciones que, en cualquier operación coorporativa, "la sede operativa estaría en Barcelona".
En opinión de Rato, los encuentros que mantuvo con el ejecutivo catalán no pueden considerarse como "una negociación formal". "Me pueden creer o no, pero hasta que no aparecen bancos de negocio no existe negociación. Y en el caso de La Caixa no hubo bancos de negocio. En otras conversaciones con varios grupos, sí que aparecieron", confirmó el ex presidente de Bankia. Uno de ellos fue el banco británico HSBC, como informó en su día Vozpópuli.
Según Rato, Bankia comenzó las negociaciones con varios grupos porque en un difícil contexto económico como el actual las sinergias son "un elemento seguro". Este fue el motivo por el que aceptó la fusión con Bancaja. "Nadie me forzó a esta operación", explicó el presidente de Bankia, después de asegurar en su primera intervención que fue el exgobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, el que el sugirió esta operación.
En su continúa crítica a Deloitte, auditor del grupo BFA-Bankia, Rato quiso puntualizar que el paso de los beneficios a las pérdidas millonarias en las cuentas del grupo se debieron a cambios en la valoración de los activos, por el efecto de los dos decretos de reforma financiera, y no por un "agujero". "El resultado operativo es el mismo. Además, Deloitte informó a la comisión de auditoría de Bankia, en marzo de 2012, que no tenía ningún problemas con las cuentas y que está esperando a la aprobación del plan de saneamiento del Banco de España".
Precisamente, la negativa del Banco de España fue la que originó la negativa de Deloitte y el inicio de las negociaciones entre la entidad y la auditora sobre el esquema en que se iba a proceder a la valoración de las acciones de Bankia que poseía su matriz. "Deloitte nos dijo que si no se iban a vender no había que marcar ninguna minusvalía", explicó Rato. Sin embargo, en la práctica sucedió todo lo contrario.
En cuanto al motivo por el que no recapitalizó el Banco de Valencia, Rato ha explicado que la única política que siguió fue la de no aumentar el riesgo de Bankia. De hecho, aseguró que en los dos años que estuvo al frente de la entidad el perfil de riesgo de la misma disminuyó gracias a las provisiones y a la capitalización.
Esta decisión, según el también exministro, podía haber tenido ventajas e incovenientes, aunque la decisión no suscitó ninguna duda y se tomó desde el principio. "Decidimos no hacerlo", reiteró.

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