BBVA y CaixaBank aceleran las desinversiones inmobiliarias antes de que irrumpa en el mercado Santander con activos del Popular. Las entidades presididas por Francisco González y Jordi Gual han cerrado en los últimos días dos grandes ventas de carteras, de 600 millones de euros cada una. Cada entidad ha ingresado en torno a 200 millones por estas operaciones.
Son dos de las mayores ventas de paquetes inmobiliarios que se cierran este año. Se firmaron la semana pasada justo antes de que acabara el semestre, de forma que puedan presentar sus cuentas a final de mes con unos balances más saneados.
BBVA ha sido la que más ha apurado en esta tarea, sellando el mismo viernes el traspaso del Proyecto Jaipur al fondo oportunista Cerberus. Esta cartera, la mayor vendida por el banco hasta el momento, estaba compuesta por deuda morosa ligada a promociones inmobiliarias, valorada en 600 millones. Los activos estaban principalmente en Madrid, Cataluña y parte en costa. El asesor del vendedor ha sido PwC, mientras que Cerberus ha ido de la mano de su plataforma en España, Haya Real Estate.
Esta venta pone de manifiesto el cambio de estrategia dado por BBVA en el último año. De ser una entidad poco dada a la venta de grandes paquetes a inversores institucionales, ha pasado a ser uno de los vendedores más activos. Lo hace por la mejora de los precios y por la presión del mercado a que las entidades suelten cuanto antes su lastre inmobiliario.
Del lado comprador, esta operación marca el regreso a este segmento de Cerberus, uno de los mayores fondos oportunistas del mundo, que llevaba un par de años sin adquirir grandes carteras en España. Este fondo pasó de estar a punto de comprar casi todo el ladrillo de Bankia a finales de 2015 -Proyecto Big Bang- y negociar una alianza con Solvia, de Sabadell, a casi desaparecer del mercado. Cerberus ha competido en esta cartera con Apollo y Deutsche Bank.
Precisamente han sido los fondos del banco alemán los que se han impuesto en el Proyecto Tramuntana, de CaixaBank. La entidad catalana ha traspasado una cartera similar a la de BBVA, de unos 600 millones, aunque con deuda de promociones más de costa. Deutsche Bank ha ganado en el proceso a Bain Capital y a Cerberus.
Santander, en el retrovisor
CaixaBank es uno de los grupos más activos en este tipo de desinversiones, ya que todavía tiene mucho ladrillo que sacar de su balance. Aparte del que tiene por su propia actividad, todavía acumula bastante heredado de las adquisiciones de Banco de Valencia y Banca Cívica.
Estos dos proyectos son los últimos que cierran BBVA y CaixaBank antes de que irrumpa en el mercado el nuevo Banco Popular, que tras la compra de Santander va a poner el foco en acelerar las desinversiones inmobiliarias. Para ello ha contratado a Morgan Stanley, tal y como adelantó este medio. Con la cobertura al 66%, el grupo puede vender grandes paquetes a mayor descuento, lo que puede dar un vuelco al mercado y perjudicar a sus competidores. Este mercado se prepara para grandes cambios a raíz de la fusión.
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