El Banco Central Europeo vuelve a poner deberes a la banca. Este viernes la presidenta de su Consejo de Supervisión ha remitido una carta detallando sus "expectativas" respecto cómo los bancos europeos "significativos" (de los que 15 son españoles) tendrán que calcular y gestionar sus niveles internos de capital y liquidez, los dos pilares básicos sobre los que se sostiene cualquier entidad financiera. Entre sus nuevas obligaciones, todas las entidades deberán realizar un test de estrés interno anual para conocer sus posibles debilidades y necesidades de capital.
"Como mínimo una vez al año, las entidades deberán realizar un examen detallado de sus vulnerabilidades que abarque todos los riesgos materiales a que está expuesta la entidad en su conjunto y, sobre la base de ese examen, deberán definir una gama de escenarios para las pruebas de resistencia que contribuya al proceso de planificación del capital", explica Nouy, que insiste a los bancos en la idea de que hagan un seguimiento continuo de su situación para detectar posibles nuevas amenazas, vulnerabilidades y cambios para que las pruebas de resistencia sigan siendo adecuadas.
La información sobre capital y liquidez no se ajusta, en general, a las expectativas del Mecanismo Único de Supervisión
El BCE encara en este 2016 su segundo año como supervisor único europeo. El primer año de experiencia ya le ha valido al organismo para concluir que la información que elaboran los bancos europeos sobre sus sistemas para evaluar las necesidades de capital no son buenos. "No se ajusta, en general, a las expectativas del Mecanismo Único de Supervisión (MUS), lo que se debe en parte a la gran variedad de prácticas existentes hasta ahora en los países que participan", tal y como reconoce la propia Nouy, quien concluye que para obtener datos de calidad han de imponer un sistema armonizado.
ICAAP e ILAAP, conceptos clave
El capital y la liquidez son los instrumentos de que disponen los bancos para sobrevivir, ya que son éstos los que les sirven para responder a los deterioros de activos y a las restricciones de mercado. Si un banco sufre una posición de debilidad en alguno de estos aspectos, su supervivencia peligra. La carta enviada este viernes tiene como objetivo armonizar lo más posible los llamados "procesos de evaluación de la adecuación del capital interno" (por sus siglas, ICAAP), y de la liquidez interna (ILAAP); es decir, el BCE quiere trazar unas reglas comunes para que las entidades calculen sus necesidades y justifiquen las mismas sobre unas directrices y unos criterios homogéneos.
Así, los responsables de supervisión del BCE han adjuntado en su carta una serie de "expectativas supervisoras" en relación tanto al ICAAP como al ILAAP, de forma que los equipos de inspección puedan evaluar los niveles de capital y liquidez de todas las entidades sabiendo que se calculan sobre unas bases más o menos comunes. El cálculo de las necesidades de capital lo ha de fijar cada entidad de forma interna, y es misión del BCE posteriormente decidir si es suficiente para cada banco en función de sus circunstancias. Y es que el supervisor lo que hace es fijar unos parámetros mínimos, de los cuales no se puede bajar.
"Esperamos que el nivel de conservadurismo y exhaustividad, así como sus mecanismos de gobierno, normalmente superen con creces o sean más conservadores que los criterios de referencia descritos para algunos aspectos en la presente carta", advierte Nouy a los directivos de la banca europea. Es decir, que no valdrá, a priori, cumplir el expediente, sino que se deberá estar por encima de los mínimos establecidos e ir mejorándolos de forma continuada.
Aunque las entidades deberán evaluar de forma periódica todos sus riesgos (incluidos los nuevos que puedan ir surgiendo), como mínimo deberá tener en cuenta una decena de ellos: riesgo de crédito, de mercado, operacional, de tipo de interés, de participación, soberano, de pensiones, de coste de financiación, de concentración de riesgos y de negocio/estratégico. Es de la toma en consideración de todos ellos (de forma conjunta y por separado) de donde sale una cifra de capital necesario y sificiente para cada entidad concreta.
Y precisamente las pruebas de resistencia anuales tendrán que abundar en estos riesgos y en las vulnerabilidades de cada banco. Han de basarse en presunciones "severas pero plausibles", y con énfasis en aquellas que más puedan afectar al capital regulatorio de cada entidad. Estos escenarios se tendrán que revisar de forma continua y se deberán adaptar a las circunstancias cambiantes.
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