El actual Gobierno en funciones se ha hecho eco de la preocupación que genera la actual situación política en España, dado que más de un mes después de celebrarse las elecciones generales aún no se ha formado un nuevo Ejecutivo por las complicaciones que plantea la aritmética parlamentaria. Sin embargo, esta teórica situación contrasta con el hecho de que grandes inversores institucionales continúan tomando posiciones en la Bolsa española. En los últimos meses, la presencia en el capital de grandes entidades financieras, fondos soberanos y las mayores gestoras mundiales como Blackrock, Fidelity y Capital, se ha incrementado de forma notable, consolidando su posición como los auténticos dueños del parqué.
De esta forma, no han parado de aflorar participaciones significativas de estas entidades en las grandes compañías cotizadas españolas. Sólo contando con aquellas posiciones con un cierto volumen, por encima del 1% del capital, los grandes inversores institucionales cuentan con participaciones en empresas del Ibex-35 valoradas en unos 55.000 millones de euros, cerca de un 15% de la capitalización total del índice selectivo.
Fuentes del mercado constatan que el sentimiento de incertidumbre en torno a la situación de España existe, especialmente en lo que se refiere a las consecuencias que tendría un cambio de Gobierno en el futuro de las reformas que aún debe acometer el país, en opinión de los inversores. “Pero, por otro lado, los grandes fondos están siendo atraídos por los precios atractivos de determinados valores”, apuntan desde un banco de inversión internacional.
“Ciertas empresas están siendo demasiado castigadas en Bolsa por algo que podríamos denominar riesgo-país. Sin embargo, no dejan de ser compañías que son líderes mundiales en su sector, con lo que la apuesta de los inversores por ellas está justificada”, prosigue la citada fuente.
El idilio de Blackrock
Para que hayan aflorado determinadas participaciones significativas en las compañías cotizadas también ha influido un cambio normativo que obliga a la comunicación de determinadas posiciones a través de instrumentos derivados que, hasta el pasado mes de octubre, no era necesario hacer públicas. No obstante, estos casos son poco significativos.
Sin duda, el inversor internacional más activo en la Bolsa española es Blackrock, la mayor gestora de fondos del mundo, que cuenta con posiciones significativas en más de la mitad de las compañías del Ibex-35, concretamente en 19 de ellas. La última en la que ha aflorado una participación superior al 3% es ACS.
Junto a Blackrock aparecen otros nombres ilustres como Fidelity, Invesco, Capital, Bank of America… Todos llevan muchos años presentes en el capital de empresas españolas cotizadas y no parece afectarles el clima político a la hora de tomar la decisión de incrementar sus posiciones en ellas.
Presentes en salidas a Bolsa
Uno de los últimos ejemplos ha sido el del fondo estadounidense Ameriprise, que en los últimos días ha aflorado destacadas participaciones en DIA, Applus y Cellnex, filial de Abertis.
Precisamente, esta última protagonizó una de las salidas a Bolsa que se registraron en 2015, junto a AENA, Saeta Yield, Talgo y Euskaltel, entre otras. Todas ellas despertaron el interés de inversores institucionales, que optaron por acudir a las diferentes OPV. No obstante, la estrategia de la mayoría ha sido permanecer en el capital de las compañía e incluso incrementar su participación.
Las escasas excepciones se han dado en AENA debido a las notables alzas experimentadas por la cotización del gestor aeroportuario en las primeras semanas de cotización.
En cambio, apenas se han registrado movimientos de salida de este tipo de inversores en las últimas semanas, cuando más se ha dejado sentir la incertidumbre por el entorno político. Por el momento, la Bolsa permanece ajena a ese presunto frenazo de las inversiones que está afectando a España.
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