La construcción de un tubo que conecte el gas de Argelia con España, Portugal, Francia y el resto de Europa como una vía para equilibrar la creciente dependencia continental de Rusia es un sueño que sigue vivo, al menos, para Bruselas. Fuentes comunitarias apuntan a Vozpópuli que el máximo órgano europeo ha tomado nota del reciente informe conjunto entre las 'CNMCs' española y francesa sobre la falta de viabilidad del proyecto pero que, aún así, "sigue siendo un proyecto de interés común y puede seguir beneficiándose del apoyo de la Unión Europea en particular para futuras evaluaciones".
Las mismas fuentes han confirmado a este medio que Step (South Transit East Pyrenees), la piedra angular del proyecto, volvió a discutirse en una reunión al más alto nivel en la propia sede comunitaria días después del varapalo de los reguladores, tal y como informó El País. Así las cosas, la Comisión Europea insta ahora a los promotores del proyecto, en España, Enagás, y en Francia, Teréga, a "valorar el informe de los reguladores y decidir sobre los próximos pasos".
Fuentes conocedoras insisten en la posibilidad que el proyecto se 'reflote' en momentos en los que resuenan las informaciones relativas a un homólogo en el norte del continente, el Nord Stream 2. El nuevo gasoducto que conectará directamente el barato - y potencialmente más barato - gas ruso con Alemania y que mueve intereses de la rusa Gazprom, la francesa Engie, la angloholandesa Shell, la austríaca OMV y las alemanas Uniper y Wintershall, pende de la aprobación definitiva de los países de la Unión tras un acuerdo inicial sellado el pasado mes de febrero. Los diplomáticos de EE.UU. - país que ha comenzado a exportar gas - presionan en estos momentos para que el proyecto no salga adelante, denunciando que el mismo acrecentaría el control ruso a través del gas de la Unión. Actualmente, Rusia proporciona alrededor del 50% del gas del continente, y el Nord Stream 2 acrecentaría su peso con Alemania como centro redistribuidor.
"¿Vamos a volvernos dependientes de Rusia debido a este gasoducto? Mi respuesta sería no, si diversificamos nuestras fuentes al mismo tiempo", ha zanjado la canciller Angela Merkel sobre el Nord Stream 2. Una de las vías es la que podría pasar por España, un país que depende más del gas argelino.
"En este contexto, el proyecto de interconexión de gas entre España y Francia, denominado proyecto Step, como proyecto de interés común es importante para reducir el aislamiento energético de la Península Ibérica y contribuye a la seguridad energética. La Comisión toma nota de la decisión común de las Autoridades Reguladoras Nacionales de España y Francia. Los reguladores consideran que el proyecto aún no está maduro y recomiendan que los promotores del proyecto realicen evaluaciones adicionales. Ahora corresponde a los promotores del proyecto evaluar en detalle la decisión de los reguladores y decidir los próximos pasos", dicen desde el organismo europeo a Vozpópuli.
La CNMC responde: "Es solo ruido"
El 23 de enero, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia y su par francés emitían un durísimo informe conjunto en el que, aún reconociendo que la península tiene una interconexión limitada con el mercado europeo, esgrimían que el proyecto del Step no era viable económicamente.
A preguntas de este medio, desde el organismo regulador responden que se trata de un proyecto "enterrado" y que lo que hay alrededor de él es solo "ruido". El carácter contaminante del gas en plena era de transición energética, el hecho de que los actuales tubos de gas entre España y Francia estén lejos de verse saturados, que la rentabilidad no esté garantizada, y que existan casi insalvables diferencias sobre el reparto de la inversión en una infraestructura cara son argumentos que citan quienes ven el proyecto como inviable.
Si bien se ha especulado con que sería el organismo regulador francés el que más reticencias habría opuesto al proyecto presentado hasta ahora por ser aparentemente el menos beneficiado, desde el órgano regulador español son tajantes. "El Step-Midcat no tiene futuro", insisten, a la vez que aseguran que no sería rentable para España en tiempos en los que el 40% de la factura de la luz ciudadanos penden de decisiones administrativas similares a la que supondría acometer la inversión del Step-Midcat, de hasta 3.300 millones en total.
Organizaciones ecologistas e iniciativas ciudadanas de diversa índole han mostrado su oposición a un proyecto que, entienden, podría volverse el nuevo Castor. Casualmente, la propia Enagás ha presentado recientemente una reclamación patrimonial al Estado por el mantenimiento del fallido proyecto de Escal Ugs.
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