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Así es el plan de Caramelos Fiesta para intentar sobrevivir a la quiebra

La administración concursal presenta su plan de venta para que sea adquirida por un tercero, que consiste en separar las actividades de la compañía entre su 'core business' y la actividad inmobiliaria, que se venderán de forma separada pero con una obligación conjunta.

Caramelos Fiesta empieza a ver la luz al final de túnel de su concurso de acreedores, que solicitó en diciembre de 2011 y del que parece posible que pueda salir sin que se cierre la empresa, que tiene una planta de fabricación en Alcalá de Henares (Madrid) donde sobreviven 124 empleados después de sucesivos planes de recorte de plantilla. Los administradores concursales de la compañía, Data Legal, han presentado este martes el plan por el cual esperan vender en los próximos meses la emblemática marca (con productos muy tradicionales y arraigados como Fresquitos, Kojak, Piruletas) a algún fondo de inversión o empresa española o extranjera, muchos de los cuales ya han preguntado y pedido precio por la compañía. En total ya hay una base de datos de 50 empresas, fondos y agencias interesadas en adquirir Fiesta.

Se ha separado el negocio 'core' del inmobiliario a través de un contrato de alquiler por 5 años que una los dos negocios

El administrador concursal Francisco Vera ha diseñado el plan para colocar la compañía: se separará la empresa en dos unidades de negocio: el 'core business' que englobará a la venta de caramelos y todos sus empleados; y el negocio inmobiliario, que comprende la explotación de la fábrica que la sociedad posee en propiedad en la ciudad complutense. El primer negocio se ha valorado en alrededor de 12 millones de euros y se venderá por separado. Su condición, eso sí, será pagar en alquiler 35.000 euros al mes a la empresa o fondo que compre la fábrica con objeto de arrendarla. Esta fábrica, el segundo negocio en que se ha dividido la compañía, se ha valorado en unos 8 millones de euros como máximo (y con un mínimo de 7).Por tanto, la compañía en su conjunto obtiene una valoración de 20 millones de euros, y podrá ser adquirida conjuntamente o por separado, aunque siempre bajo las condiciones de que ambas partes acuerden un contrato de arrendamiento de la nave de Alcalá "en el plazo de 3 meses" desde que se formalice la venta. Este contrato de alquiler tendrá un mínimo de 5 años y se podrá renovar anualmente.

"Ahora que disponemos de solidez económica, este es el momento adecuado para poner en venta la compañía. Hemos propuesto al mercado un proceso innovador porque será desde la web de Data Legal donde se gestionará todo el proceso desde su inicio (...)", ha dicho Vera.

La obsesión de los administradores concursales fue no malvender la compañía en los momentos más bajos del mercado

La obsesión de la administración concursal de que la empresa solicitó la tutela judicial en 2011 fue no malvender una compañía que entendían poseía una marca de gran arraigo en el país y unos productos consolidados, pero que podría haber sido comprada a precios de derribo en los momentos más bajos de la crisis. Despejada esa incertidumbre, el calendario de venta de la marca y sus activos es el siguiente: en marzo-abril, tramitación de la solicitud de participación y la 'due diligence'; en mayo-junio, formalización de las ofertas y selección de las 5 mejores (algo que se hará, según Vera, de forma totalmente transparente a través de la web de su despacho). Finalmente, en julio se comunicará al juzgado mercantil número 4 de Madrid cuál ha sido la oferta ganadora. Los responsables de la compañía aseguran que muchas empresas y fondos nacionales y extranjeros han preguntado por Fiesta, aunque avisan de que no se va a vender "a precio de ganga" y también de que se valorará la oferta que contemple el mantenimiento del empleo en la planta de Alcalá de Henares.

Todo el dinero que se obtenga de la venta de la compañía irá íntegramente a pagar acreedores, principalmente bancos. Según los datos del Registro Mercantil, a cierre de 2012, un año después de que la compañía hubiera solicitado el concurso de acreedores, ésta tenía deudas sin pagar al Banco Guipuzcoano (comprado por Sabadell), Bancaja (integrada en Bankia) o Caixa Catalunya, también nacionalizada al igual que Bankia. El que compre la unidad de negocio de Fiesta lo hará "sin cargas", ya que al ir a liquidación se separa su deuda. "El adjudicatario sólo se subrogará por los contratos laborales que se subroguen", ha dicho Vera.

Por su parte, los consejeros de la familia Mayoral, histórica propietaria de Fiesta y cuyos dirigentes no pudieron evitar el concurso de acreedores, ya "no mantienen ningún miembro en la gestión de la compañía".

No se saben los planes de futuro

Lo cierto es que la empresa, que acumulaba pérdidas millonarias ininterrumpidas desde 2009 hasta 2012 (en esta época había perdido la friolera de 18 millones de euros) consiguió en 2014 dar una tímida vuelta a la tortilla a la situación de su balance, obteniendo un ebitda positivo de 1,2 millones de euros. Según Agustín Fernández, (director general de la compañía desde mayo de 2013, director financiero desde 2009), esta mejora de la rentabilidad se ha producido por la eliminación de algunas líneas de negocio que eran altamente deficitarias, especialmente todo lo relacionado con la exportación a mercados exteriores, que la empresa había emprendido sin éxito.

Por otra parte, los actuales responsables de la empresa no han querido pronunciarse sobre cómo será el futuro de Fiesta y sus nuevos planes de negocio. Han recordado que "podríamos estar en grandes superficies si nos interesara, pero no es así", ya que no obtenían la rentabilidad suficiente y a la compañía no le interesaba estar allí (tan sólo se encuentran en Carrefour). No obstante, la empresa no puede abordar ahora mismo ningún plan estratégico, ya que "cualquiera de los adjudicatarios podría entenderlo como un gravamen a su propio plan comercial".

En cualquier caso, la marca 'Fiesta' parece no peligrar si se tiene en cuenta que hay una "base de datos de 50 compañías a las que se le ha remitido un informe que es suficiente para poder iniciar el proceso". Pudiera ser que algunas de ellas estuvieran tan sólo interesadas en adquirir la marca y sus productos, obviando el resto de activos de la empresa. Sin embargo, la compra deberá ser conjunta, y aquellos que quieran la marca deberán adquirir también su capital humano y financiero.

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