Las acciones de OHL cerraron la sesión del martes con un avance del 3,75%, el sexto mayor registrado en el Mercado Continuo. A la hora de buscar catalizadores que explicaran este comportamiento, en una jornada, por lo general, levemente bajista en los mercados, no había otro que el de la marcha de Javier López Madrid como consejero de la compañía. Cuando comenzaron a llegar las primeras noticias, en la tarde del lunes, la Bolsa había cerrado sus puertas, por lo que la respuesta de los inversores se reflejó por entero en la sesión del martes.
Rara vez los inversores reaccionan de esta forma ante la dimisión de un consejero no ejecutivo, que representa al socio mayoritario de la compañía (en este caso, Grupo Villar Mir) y que es sustituido de forma inmediata por otra persona designada a tal efecto por el accionista. El mensaje lanzado por la Bolsa es que la marcha de López Madrid beneficia a la compañía, toda vez que su nombre lleva demasiado tiempo relacionado con investigaciones y procesos judiciales, con una condena incluida por parte de la Audiencia Nacional.
Sin embargo, con el viento a favor, OHL evitó en todo momento relacionar la salida de López Madrid con su situación judicial ni con un posible perjuicio para la empresa. A través de un hecho relevante publicado poco antes del inicio de la junta de accionistas, el grupo constructor y de concesiones apuntó que el hasta este lunes consejero había ya comunicado en enero su intención de abandonar el consejo por ser incompatible su cometido con el de sus obligaciones en el exterior (a comienzos de año fue nombrado presidente de Ferroglobe, participada por Grupo Villar Mir, y un poco antes había ya establecido su residencia en Londres, sede de la compañía).
Casi en paralelo, Juan Miguel Villar Mir, que asistía a su primera junta de OHL como un accionista más, aclaraba a los periodistas que la decisión de López Madrid había sido tomada de antemano, antes de su condena por el uso de las tarjetas opacas de Bankia y de su imputación en la causa relacionada con la ‘operación Lezo’.
Causa y efecto
Como no hay dos sin tres, el consejero delegado de OHL, Tomás García Madrid, también negó que hubiera relación alguna entre la salida de López Madrid y los mencionados procesos. "No tiene nada que ver, ninguna relación. Y tampoco hay ningún tipo de restricción para que viaje. Se mueve con frecuencia entre Londres y Madrid. Vive en Londres y vive en Madrid".
Pero está claro que los inversores no comparten esta versión. De lo contrario, hubieran penalizado a OHL mucho antes, desde el pasado enero, y no cada vez que el nombre de López Madrid aparece relacionado con una causa judicial.
Al mercado tampoco le convence que una decisión que estaba tomada en enero se ejecute en mayo. La compañía justifica la demora por la necesidad de tomarse un tiempo para elegir a un sustituto idóneo. No parece, sin embargo, que cinco meses sin un consejero (de los 13 que forman parte el órgano ejecutivo de la empresa) fomenten una situación dramática para OHL.
Paradójica preocupación
Pero lo que sí resulta preocupante es que las acciones de la compañía coticen a precios tan reducidos como los actuales. Lo aseguró el propio consejero delegado, que llegó a calificar de "ridículas" las cotas que los títulos alcanzaron el pasado verano, afectados por las rebajas de calificación por parte de la agencia Moody’s. Y es más, los tres únicos accionistas que intervinieron en la junta mostraron su preocupación (y, en ocasiones, su indignación) por el errático comportamiento de OHL en Bolsa.
De esta forma, resulta paradójico que cuando el mercado respalda con notables subidas una circunstancia acontecida en la compañía, ésta se empeñe en quitar la razón a los inversores. Obviamente, López Madrid no era un consejero cualquiera.
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