"No creo que se hayan enterado", comenta una joven china empleada de Banco Santander que trabaja en Madrid cuando se le pregunta qué piensan en su país sobre el proceso independentista en Cataluña. "Ese tema todavía no ha llegado, para los chinos Barcelona es España", dice.
Es posible que para la sociedad china el tema catalán no sea conocido. Pero para el inversor chino que medita en estos momentos destinar parte de su dinero al mercado español, el movimiento secesionista le tiene totalmente descolocado. En plena eclosión de la inversión china en España, el proceso independentista catalán amenaza con ralentizar la ya de por sí tediosa toma de decisiones de los empresarios chinos.
"En China, si te subes a un taxi y eres español es posible que el conductor te diga: "Toros, Messi, Barcelona", comenta Antonio Delgado, empleado de una firma de consultoría española que abrió una oficina en Pekín en 2010. "Los chinos identifican Barcelona con España, posiblemente por las Olimpiadas de 1992, y por la figura de Samaranch", añade.
Portugal, Grecia, Hungría o Rumanía han recibido entre 2010 y 2014 mayor volumen de inversión china que España
No ha sido nada fácil atraer el interés de los inversores chinos a España. De los 1.662 millones destinados al mercado español por el país asiático desde el año 2000, el 94% se ha efectuado en los dos últimos años, según un informe elaborado por la escuela de negocios Esade. La llegada del grupo Wanda (que ha adquirido el 20% del Atlético de Madrid, el Edificio España, en Madrid) y de otras compañías (como el grupo HNA, accionista de NH Hoteles), ha destapado la capacidad de los inversores chinos.
"Para los chinos España es Europa, es un mercado atractivo, pero tampoco es la panacea", señala Ivana Casaburi, profesora de Esade y autora del informe Inversión China en Europa 2015. "España es interesante para el inversor chino en el sentido que puede convertirse en puente hacia Latinoamérica o hacia Europa, o a las regiones del Mediterráneo", considera. El proceso independentista catalán "es una realidad que no entienden, no es fácil explicárselo, en general no es fácil explicarles cómo funcionan aquí las Comunidades Autónomas".
Por contradictorio que parezca, la Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de Barcelona patrocinaron, junto a otras instituciones y empresas, una jornada celebrada en Madrid el pasado 11 de noviembre en la sede del Icex dedicada a la inversión china en España, en la que se presentó el informe de Esade. Para Cataluña, la inversión china también es un filón.
"Barcelona y Cataluña han sido más ágiles a la hora de atraer empresas chinas", opina Juan Chinchilla, ejecutivo en España del gigante chino Lenovo, el primer fabricante de ordenadores del mundo. La compañía, con una oficina en Madrid, abrirá dentro de dos años un centro tecnológico en Barcelona que supondrá la contratación de 200 ingenieros. Recientemente el grupo chino Rasta ha acordado la compra del 45,1% del Espanyol, y este año el gigante industrial chino Bright Food, con ingresos anuales de 18.000 millones de euros, ha comprado el distribuidor gerundense Miquel Alimentació, con una plantilla de 2.500 personas y una facturación de 900 millones.
De las 75 empresas chinas que tienen presencia en España, varias han elegido Barcelona para situar su sede. Entre ellas el China Construction Bank, el segundo mayor banco chino después del ICBC, que dispone de oficinas en Madrid y Barcelona. Cuando en la jornada de Esade el señor Liu Jiang, director general de la entidad financiera china en España, fue preguntado sobre el proceso independentista catalán, este eludió la cuestión.
"Para China, España es un mercado relativamente pequeño, como lo es Cataluña, así que no podemos entender que uno exista sin el otro", explica Margaret Chen, presidenta de China Club Spain, una asociación privada que representa intereses de empresarios chinos. Para pertenecer a este club, los socios, profesionales chinos, deben ser licenciados y saber más de un idioma. "No entendemos por qué quieren ser más pequeños", añade.
A pesar del fuerte incremento en los últimos tiempos del volumen de la inversión china en España, el país todavía está lejos de otros mercados europeos. Según el estudio de Esade, por delante de España como receptor de dinero chino se sitúan Reino Unido, Francia, Alemania, Portugal, Italia, Hungría, Holanda, Suecia, Grecia, y Rumanía.
"Creo que es una pena", dice Elena Zhu, primera directiva en España del fondo de inversión China Finantial Innovation Investment, en referencia al proceso independentista catalán. "Este movimiento provoca inseguridad, supongo que no sólo a los inversores chinos, es normal que ahora una empresa que esté estudiando una inversión se pregunte qué está pasando", indica.
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