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El representante de CiU en el 'superregulador' compatibiliza su cargo con negocios familiares

El exdiputado Josep María Guinart, vocal del organismo desde septiembre, es apoderado de una inmobiliaria de su familia desde mayo. El 'superregulador' asegura que la Oficina de Conflictos de Intereses le eximió de declarar esa actividad al Congreso. 

Se puede velar por el buen funcionamiento de los mercados en España y, al mismo tiempo, tener potestad para administrar negocios en una empresa privada. El consejero colocado por CiU en la recién creada Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), Josep María Guinart Solà, compatibiliza su actividad como vocal del ‘superregulador’ con sus funciones como representante de una empresa familiar dedicada al alquiler de locales industriales, Guinart S. L., de la que es apoderado desde mayo de este año.

El nombramiento de Guinart en esa empresa consta en el Registro Mercantil desde el pasado 15 de mayo, cuando el actual vocal de la CNMC era consejero de uno de los organismos a los que ha engullido el flamante guardián de los mercados, la Comisión Nacional de la Energía (CNE).

Asumió esos poderes de forma preventiva, explican en la CNMC, dada la avanzada edad (90 años) del administrador único de esa empresa, su padre, de forma que Guinart 'hijo' pudiera pasar a ser corresponsable en cualquier posible acto jurídico en caso de ser necesario (por ejemplo, por enfermedad de su progenitor).

Guinart, que tiene otra hermana que también podría haber asumido sus poderes (no lo hizo, según la versión del consejero, porque esta vive fuera de Cataluña), además de dos hijos (ambos mayores de edad), no incluyó esas funciones en la preceptiva declaración de actividades que presentó al Congreso con motivo de su nombramiento, que se hizo efectivo el pasado 9 de septiembre.

Fuentes de la CNMC aseguran que su consejero preguntó a la Oficina de Conflictos de Intereses, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas, si debía comunicar esa información. “Le dijeron que no”, porque no era accionista ni participaba en la gestión de la empresa, aunque pudiera hacerlo al tener la potestad de representar de forma efectiva a la sociedad en su condición de apoderado.

La empresa es una pyme cuyos mayores activos son una nave industrial en Viladecans y un local comercial en Barcelona, que tiene alquilados a terceros. De acuerdo con sus cuentas anuales, en 2012 ingresó algo más de 136.000 euros en concepto de “Otros ingresos de explotación” y se apuntó unas pérdidas de 326.000 euros, seis veces más que un año antes.

En la CNMC dicen que "se limita a poner su firma" y "no gestiona nada" en la empresa

Independientemente del tamaño de la empresa, fuentes jurídicas consideran que la presencia simultánea del consejero de los nacionalistas catalanes en la CNMC choca con la Ley de regulación de los conflictos de intereses de los miembros del Gobierno y de los altos cargos de la Administración General del Estado.

El artículo 5 de esa ley establece que los altos cargos deben tener “dedicación exclusiva y no podrán compatibilizar su actividad con el desempeño, por sí, o mediante sustitución o apoderamiento, de cualquier otro puesto, cargo, representación, profesión o actividad, sean de carácter público o privado, por cuenta propia o ajena”.

Lo que tendría que hacer es revocar el poder y poner a otra persona”, opina un experto en derecho mercantil, que cree que el caso es, cuando menos, "poco ético", aunque dada la pequeña dimensión de la empresa, y teniendo en cuenta que no es accionista de esa sociedad, "no habría una infracción de fondo" de la normativa.

Fuentes del regulador subrayan que Guinart “se limita a poner su firma” en la empresa y “no gestiona nada”. No obstante, admiten que deberá abstenerse si en sus funciones como consejero de la CNMC le toca pronunciarse sobre alguna normativa que afecte a los negocios de su familia, en su condición de miembro de la Sala de Supervisión Regulatoria del organismo que preside José María Marín Quemada.

La presencia de Guinart en la empresa de su familia es, a tenor del currículum oficial disponible en la web de la CNMC, su primera incursión en el sector privado desde que, en 1995, abandonó el ejercicio de la abogacía para convertirse en alcalde del municipio de L'Escala (Girona), cargo que ocupó hasta 2007.

Licenciado en Empresariales y Máster en Dirección de Empresas por ESADE, licenciado en Derecho e Historia y con una larga trayectoria en la Administración pública catalana, el representante de CiU en la CNMC fue vocal de la CNE desde 2011 hasta su aterrizaje en el superregulador.

Entre otros puestos de responsabilidad pública, fue diputado por CiU durante cuatro años (2004 y 2008), aunque cuando en 2008 se quedó a las puertas de ser elegido senador, dejó escrito: “Aunque pueda parecer extraño, por todos los años que he dedicado a esta historia, no me considero un político”.

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