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Los bancos empiezan a cobrar hasta 3 euros por ingresos en ventanilla

Nuevas comisiones. Sabadell, Bankinter, Caixabank, NovaCaixaGalicia y Popular ya cobran por llevarles dinero en metálico. El Banco de España lo ha autorizado.

Dentro de poco algunos bancos cobrarán hasta por entrar en sus oficinas. La última comisión que se está extendiendo en el sector, para sumarse a las de mantenimiento y administración de cuenta, transferencias y apuntes, es la del cobro por ingreso de efectivo por ventanilla. De modo que si tiene que hacer un pago a través de un banco del que no es cliente, pregunte primero si le van a cobrar.

Esta semana el Banco Sabadell ha empezado a aplicar una comisión de dos euros para ingresos en efectivo hechos por quienes no sean clientes en cuentas de un tercero con “actividad económica”, excusa que puede servir para excluir de la comisión los donativos a Cáritas. Se une así a otros bancos que también cobran por llevarles dinero. NovaCaixaGalicia Banco, entidad intervenida por el Estado y rescatada con dinero público, acaba de empezar a cobrar tres euros por ingresos en ventanilla. La alternativa que ofrecen para librarse de ella es abrirse una cuenta en Evo Banco, su filial de Internet.

De momento no cobran estas comisiones el Santander, el BBVA, Bankia, KutxaBank, Ibercaja y CatalunyaCaixa

Desde hace tiempo Caixabank cobra dos euros por este tipo de ingresos, aunque se sea cliente de la entidad. Si bien hay sucursales que no exigen esa comisión, en las que sí lo hacen la única manera de escapar de ella es realizar el ingreso por el cajero automático. Desde la absorción de Banca Cívica, Caixabank dispone de más de 10.000 cajeros en 6.000 oficinas repartidas por España y quiere rentabilizarlos.

En Bankinter está en vigor desde el año pasado una comisión de dos euros por ingresos en ventanilla si quien lo hace no es cliente. El Banco Popular, que es mucho más sutil, no en vano está vinculado con numerosos institutos religiosos, ha empezado a cobrar 1,5 euros por anotar el concepto en los ingresos de ventanilla. Si no se anota, no se paga.

De momento no cobran estas comisiones el Santander, el BBVA, Bankia, KutxaBank, Ibercaja y CatalunyaCaixa, aunque la legislación aprobada por el Banco de España (la Orden EHA/2899/2011, de 28 de octubre, redactada cuando era gobernador de la institución el socialista Miguel Ángel Fernández Ordóñez) se lo permite, como a las demás entidades. Basta una orden de la superioridad para que se aplique.

Vaciar las sucursales de colas

¿A qué se debe esta nueva comisión que, sin duda, va a acarrar muchos enfados y protestas en las oficinas? Hay varios factores que pueden explicarla. El más evidente al público es la concentración bancaria que se está produciendo en España desde hace unos años, por obra de las fusiones frías ordenadas por el Gobierno de Rodríguez Zapatero y supervisadas por Fernández Ordóñez desde el Banco de España para tratar de salvar las cajas de ahorros.

Por obra de la crisis y del PSOE, el sistema financiero está regresando a la época de los siete grandes, cuando los presidentes de los entonces mayores bancos de España (Banesto, Central, Hispano, Bilbao, Vizcaya, Santander y Popular) se reunían en almuerzos mensuales para hablar de sus cosas y de las de sus clientes, hasta que Emilio Botín lo rompió en 1989. De los años de competencia por captar negocio mediante ofertas de depósitos por encima del 4% y préstamos hipotecarios a cuarenta años de plazo que siguieron, se está pasando a una situación de oligopolio en que los bancos pueden decidir entre todos que ofertas, productos y comisiones hacen a la clientela. Otro factor es el nuevo impuesto sobre los depósitos establecido por el Gobierno de Rajoy para el ámbito nacional, pese a que el ministro Montoro aseguró que no afectaría a los impositores.

Varios expertos en banca explican que esta nueva comisión tiene como finalidad deshacer las colas en las oficinas de abuelas, estudiantes y jubilados, de modo que el personal se dedique a atender a los clientes que llevan varios productos y les dejan margen, y, también, para acostumbrar a la clientela a usar los cajeros automáticos y la banca electrónica y poder despedir personal y cerrar oficinas. Sin embargo, una consecuencia no deseada de esta política es que parte de esa clientela migre definitivamente a los bancos de Internet, puesto que los bancos con oficinas no les ofrecen ya las mismas ventajas que, por ejemplo, compensaban los menores tipos de interés en depósitos y cuentas corrientes.

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