La cosa viene de largo. En 2008 el Gobierno de Zapatero aprobó un canon a determinados dispositivos, tras el boom de los formatos de almacenamiento digital que se vivía hace unos años: pinchos USB, discos duros, reproductores de MP3, teléfonos móviles... Ya en 2012 el Ejecutivo de Mariano Rajoy decide modificar el gravamen por un sistema de compensación por copia privada con cargo a los Presupuestos Generales del Estado.
Un sistema que Bruselas tumbó en junio del año pasado, pero que ayer se ha puesto nuevo en marcha, tal y como ha publicado el BOE (Boletín Oficial del Estado) recientemente.
Entre el canon más bajo, el de los discos no regrabables (0,08 euros) y el más alto, el de los discos duros externos (6,45 euros), hay un incremento de casi el 8.000%, que en principio tendrán que pagar las marcas de tecnología
El Canon Digital lo deberán pagar únicamente, según el texto aprobado, los fabricantes de tecnología. Algo que no por ello ha dejado de levantar suspicacias en el seno de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), desde donde consideran la tasa "injusta, obsoleta e innecesaria". En la línea de lo que opina la Asociación de Internautas, que además considera que al final el Canon Digital lo pagará "el de siempre, el consumidor".
Según el Real Decreto quienes no pagarán el Canon Digital serán "las entidades que integran el sector público según se establezca en el texto refundido de la Ley de Contratos del Sector Público (...) así como por el Congreso de los Diputados, el Senado, el Consejo General del Poder Judicial, el Tribunal de Cuentas, el Defensor del Pueblo, las Asambleas legislativas de las Comunidades Autónomas y las instituciones autonómicas análogas al Tribunal de Cuentas y al Defensor del Pueblo".
El texto explica también que los equipos, aparatos y soportes materiales de reproducción concebidos manifiestamente para uso profesional y que no se hayan puesto de hecho o de derecho a disposición de usuarios privados para la realización de copias privadas, no estarán sujetos al pago de la compensación equitativa por copia privada.
El Gobierno grava donde más duele
El Real Decreto Ley fija también una serie de precios, cuyo coste es más alto a medida que el tipo de dispositivo o soporte es más común, más comprado por los españoles. Seguramente a todos nos cueste recordar cuándo compramos por última vez un paquete de CD vírgenes, pero no cuándo compramos un teléfono móvil o un disco duro portátil.
El gravamen más reducido es precisamente el que se impone sobre los discos no regrabables. Por cada unidad se pagarán 0,08 céntimos.
En el polo opuesto están los discos duros externos, que tienen el canon más alto. El gravamen para cada unidad es de 6,45 euros. Le siguen los discos duros integrados -los que van dentro de los ordenadores portátiles, por ejemplo-, con 5,45 euros por unidad, las impresoras multifunción y monofunción, con 5,25 euros y 4,50 euros respectivamente, los tablets y los portátiles, con 3,15 euros, y los móviles, con 1,10 euros.
Cuando hablamos de dispositivos fuera del espectro comentado en el párrafo anterior, caso de discos de diferentes tipos, como grabables y regrabables, o memorias USB, el Canon Digital baja significativamente por debajo de los 0,30 céntimos de euro. Entre el canon más bajo, el de los discos no regrabables (0,08 euros) y el más alto, el de los discos duros externos (6,45 euros) hay un incremento de casi el 8.000%, que en principio tendrán que pagar las marcas de tecnología.
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