La caída de Repsol en Bolsa le saldrá cara a Caixabank. Al menos ese es el escenario que anticipan los bancos de inversión internacionales que estos días publican sus informes sobre el sector financiero español. Los analistas de Credit Suisse, por ejemplo, en un reciente informe al que ha tenido acceso Vozpópuli, elevan hasta los 2.000 millones de euros las pérdidas latentes en el balance de la entidad presidida por Isidro Frainé a raíz del descalabro de la petrolera en los mercados. Otro banco de inversión, KBW, estima que el roto ascendería a unos 1.900 millones de euros, según refleja otro reciente documento sobre la banca española.
"El valor en libros de la participación de Caixabank debe rondar los 3.400 millones de euros, que contrasta con un valor de mercado de la acción de unos 1.500 millones de euros"
El origen del 'agujero' contable está en la cada vez mayor diferencial entre la valoración mantenida por Caixabank de su 11,7% en Repsol y el actual precio de mercado que tiene la petrolera presidida por Antoni Brufau. "Estimamos que el valor en libros de la participación de Caixabank debe rondar los 3.400 millones de euros, que contrasta con un valor de mercado de la acción de unos 1.500 millones de euros", señalan desde KBW, quienes insinúan que podría ser necesario reconocer el conocido en la jerga auditora como impairment. Esto es, el reconocimiento (y por tanto provisionamiento) del deterioro de la participación mantenida por el banco, para poder ponerlo a precio de mercado.
En función de cuánto deterioro se reconociera y cuánto de ello se tuviera que provisionar, el coste en forma de capital para el banco oscilaría entre los 479 millones (para una cobertura del 25%) y los 1.915 millones (para un 100%), según los cálculos elaborados por KBW. Este último escenario supondría a su vez una caída del capital regulatorio (CET1) desde el 11,72% hasta un 10,63%, lo que situaría el nivel de solvencia por debajo del objetivo del propio banco de rondar el 11-12% de ratio de capital principal.
Precisamente un impairment de la participación de Bankia en BFA fue uno de los motivos que provocó mayores fricciones entre los antiguos gestores del banco ahora nacionalizado y la auditora (Deloitte), toda vez que ésta reclamó una actualización del valor de dicho paquete accionarial (a la vista de las caídas de Bankia en Bolsa), lo que significaba el reconocimiento de milmillonarias pérdidas por parte de la matriz, lo que la abocaba a la intervención pública, como finalmente ocurrió.
Un caída de ingresos para Caixabank
"La decisión de si reconocer o no el impairment de la participación de Repsol dependerá de lo que Caixabank y sus auditores estimen que se pueda recuperar de esa acción, teniendo en cuenta para ello no solo al actual valor bursátil, sino también el descuento de flujo de caja, así como cualquier otra metodología de valoración y la evolución del precio del petróleo", señalan los analistas del banco de inversión KBW. Es decir, que a pesar de que el deterioro latente está ahí, será decisión del banco reflejarla en las cuentas anuales de 2015, que se presentarán este viernes 29.
Lo que no dependerá de una decisión discrecional será el reflejo del deterioro de Repsol en la cuenta de resultados de Caixabank correspondientes a este ejercicio. Y es que la caída de los beneficios de la petrolera a lo largo de este pasado 2015 tendrá su correspondiente descenso en los dividendos pagados por la misma, que a su vez repercuten en los ingresos del banco. Las estimaciones de Credit Suisse anticipan una caída de los mismos del 37%, y un impacto negativo de 69 millones de euros respecto de los ingresos registrados en el ejercicio 2014.
Una valoración a la baja del banco
Los analistas de Credit Suisse no se muestran precisamente optimistas respecto del banco presidido por Isidro Fainé, al que lo tildan de "menos constructivo" merced a los beneficios cada vez más estrechos y una solvencia respecto a sus pares cada vez menos aventajada. Así, sitúan el precio objetivo de la acción (3,20 euros) por debajo de sus estimaciones anteriores (3,70), si bien aún por encima de los precios a los que actualmente cotiza la entidad (2,84).
Pese al roto que supone Repsol, el resto de participaciones accionariales de Caixabank permitirán duplicar los ingresos por dividendos de la entidad, según esperan desde el banco de inversión suizo. De los 143 millones de euros de pérdidas atribuidas a cuenta de Erste Bank en 2014, Credit Suisse espera que este año se anoten unos ingresos de 86 millones de euros. De igual manera, en BPI se pasaría de unas pérdidas de 71 millones a unos beneficios de 59 millones de euros, según las estimaciones de CS.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación