A partir de los próximos días no será extraño ver a un banquero o alto ejecutivo volar en el nuevo avión de Cristiano Ronaldo. La adquisición de un Gulfstream 200 convertirá al astro portugués del Real Madrid en improvisado empresario aeronáutico. Tras más de seis años de presencia en España, el crack de Madeira ha creado su primera sociedad mercantil, precisamente para la explotación de la aeronave, un capricho de por sí muy costoso pero que se encarece aún más cada minuto que permanece en tierra.
Hace unos días, poco antes de que se conociera la compra del avión, Cristiano Ronaldo pasaba a tomar el control de la instrumental Dutton Invest, que será la encargada de gestionar el alquiler del jet. El futbolista ya lo utilizó el pasado 9 de noviembre para desplazarse a Londres, donde se estrenaba el documental sobre su vida. Sin embargo, otros lo emplearán mucho más que él mismo. De lo contrario, sería imposible mantener el coste que genera, cifrado en aproximadamente medio millón de euros al año.
A través de Dutton Invest, Ronaldo tratará de rentabilizar la aeronave, un negocio para el que no le faltarán clientes. De hecho, el uso de este tipo de aviones privados genera un mercado con un notable tamaño, al que contribuyen especialmente los altos ejecutivos de entidades financieras , que son quienes más recurren a este particular medio de transporte.
Existen numerosas empresas que se dedican precisamente a la búsqueda de clientes y que ponen en contacto a demandantes de este servicio con propietarios de jets privados que quieren sacarle rendimiento para, al menos, poder costear el mantenimiento. Uno de los principales ‘hubs’ se encuentra precisamente en Madrid, en concreto en Torrejón, en cuya base militar hay espacio para la operación de vuelos privados.
Reclamo morboso
En el caso del Gulfstream de Cristiano Ronaldo, el reclamo para alquilarlo y poder volar en él viene por sí mismo debido a la pléyade de seguidores con que cuenta el astro luso. Y también por el morbo que despierta el hecho de que el aparato en cuestión ha sido objeto de polémica en Indra, la compañía que lo tenía anteriormente. Su hasta ahora presidente de honor, Javier Monzón, fue cesado de este cargo al descubrirse que había adquirido la aeronave a espaldas del consejo de administración de la compañía.
¿Por qué es tan caro mantener un avión de este tipo? Cabe tener en cuenta que el propietario debe disponer de una tripulación en nómina para poder operar vuelos. “Y no se trata únicamente de un piloto y una azafata. Hay que contar con personal suficiente para poder volar a diferentes horas del día y, por lo tanto, se precisa como mínimo de una tripulación doble, a la que hay que pagar se esté en el aire o no”, señala un consultor del sector.
A todo esto hay que añadir el mantenimiento técnico de la aeronave, que está sometida a estrictos controles por motivos de seguridad. Licencias, permisos, seguros y demás requisitos legales y papeleos necesarios completan la extensa lista de facturas que genera la propiedad de un avión privado, independientemente de que se utilice. “Por eso, cuanto más se tenga en tierra más caro resulta porque no estará generando recursos”.
El juguete favorito del boom inmobilliario
Las empresas especialistas en casar oferta y demanda de aviones privados también facilitan determinados acuerdos para que las aeronaves sean utilizadas en determinadas épocas del año. “Hay muchas entidades que necesitan proporcionar este servicio a sus altos ejecutivos especialmente durante unas semanas o meses. A tal efecto, se establecen unos acuerdos marco y el jet está siempre a su disposición en esas fechas”, aclara la fuente.
La adquisición de este tipo de aviones se disparó durante los años del ‘boom’. No fueron pocos los empresarios subidos en la cresta de la ola generada por la locura del sector inmobiliario que quisieron presumir de jet privado. Para más de uno, la aventura del avión fue un capítulo más de su posterior ruina debido al escaso uso que le daban. Con el inicio de la cuesta abajo, un buen número de aeronaves cambiaron de manos, con las tripulaciones incluidas.
Conocido coleccionista de automóviles de alta gama y otros caros caprichos, Cristiano Ronaldo tiene una nueva pieza para presumir, aunque no le entre en su exclusiva mansión de La Finca, la sede social de la instrumental con la que tratará de rentabilizar la inversión. A buen seguro, voluntarios para ayudarle no le van a faltar.
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