Deloitte no hizo dos valoraciones de Banco Popular, como se creía hasta ahora, sino tres. La consultora dio a las autoridades europeas un rango de tasaciones de la entidad que iba desde los menos 8.200 millones, en el peor escenario, hasta en torno a 1.500 millones positivos, según fuentes comunitarias consultadas por Vozpópuli.
Esta valoración, hasta ahora desconocida, puede dar un vuelco al caso Popular por dos razones: porque es algo a lo que se podrán aferrar los accionistas y bonistas que están preparando demandas, que consideran que han sufrido un "expolio", y a los que hasta ahora se les decía que sus títulos tenían un valor negativo; y porque esta tercera tasación es algo que las autoridades españolas (el Frob en concreto) no hicieron público en el comunicado que anunció que centenares de miles de inversores perdían todo su dinero.
Entonces, el fondo de rescate español detalló que "de la referida valoración [de Deloitte] resultan unos valores económicos que en el escenario central son de 2.000 millones [negativos] y en el más estresado de 8.200 millones de euros negativos". Sin mención a la tercera valoración, de en torno a 1.500 millones positivos.
Las mismas fuentes añaden que para llegar a estos números, Deloitte tuvo en cuenta tres escenarios de resolución: uno optimista, con el que llegó a los 1.500 millones; otro central, que tasó en menos 2.000 millones, un precio muy parecido al que pagó Banco Santander -un euro tras la amortización de la deuda por 2.000 millones-; y el catastrófico, que valoró en menos 8.200 millones.
Valor clave
Esta tercera tasación de Deloitte es muy próxima al valor que Banco Popular tenía en bolsa cuando el BCE (a través del MUS) declaró inviable a la entidad y el fondo de rescate europeo (SRB, por sus siglas en inglés) aceleró una venta exprés en la madrugada entre el 6 y el 7 de junio.
De esta forma, los accionistas y bonistas que lo perdieron todo podrían alegar que, según Deloitte, sus participaciones tenían un valor que les ha sido arrebatado. Uno de los principales demandantes, la familia chilena Luksic, ya anunció hace unos días que recurrirá la decisión del SRB en Luxemburgo. "Nos parece que fue una medida desproporcionada. Popular no valía cero", señaló un representante de los multimillonarios latinoamericanos, José Ignacio Bulnes.
La importancia del informe de Deloitte es tal que la semana pasada fue reclamado públicamente por el ministro de Economía, Luis de Guindos, y por el presidente de la patronal bancaria (AEB), José María Roldan. Ambos exigen la máxima transparencia en el proceso, aunque el Frob depende de Economía, por lo que el ministro estuvo al tanto de los principales hitos de la resolución.
Este medio explicaba el miércoles algunos de los parámetros que usó Deloitte para sus valoraciones: como el riesgo de litigios, hasta 4.000 millones; el deterioro del fondo de comercio de Banco Pastor; las provisiones inmobiliarias (de adjudicados y activos propios); y la desaparición de los activos fiscales, entre otros factores.
Tras esta petición unánime por parte de los organismos españoles, y tras el rescate de los bancos italianos en otras condiciones, Europa tiene sobre la mesa dos opciones: hacer público el informe de Deloitte y el resto de documentos empleados para resolver Popular; o seguir sin aplicar luz y taquígrafos a la operación.
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