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¿'Vendetta'? las autoridades italianas se ceban con el líder español del aceite

En primavera de 2014 se frustró la entrada del Estado transalpino en la aceitera, que posee las dos principales marcas de aquel país.

En dos años, Deóleo, empresa que a punto estuvo de convertirse en un gigante industrial alimentario, ha perdido la mitad de su mercado en España, su mercado más relevante. Pero la caída no es exclusiva del mercado interior: en el segundo país de mayor relevancia para el grupo, el retroceso ha sido del 10% en un año mientras se ha tenido que provisionar 4,5 millones ¿Qué ha pasado con Deóleo en Italia?

Como cuestión previa, es preciso recordar que en abril de 2014 se rompieron las negociaciones para que el IQ Made in Italy Investment Company entrara en la compañía. Roma estaba interesada porque las dos principales marcas aceiteras italianas del mundo (Bertolli y Carapelli) habían sido compradas por el expresidente Jesús Salazar en 2008. Ante la obligación de Bankia y BMN de vender, los italianos ofertaron el precio más bajo de todos y fue finalmente CVC, un fondo de inversión radicado en Luxemburgo, quien se hizo con el control de la compañía.

Por casualidad o no, sus marcas han perdido cuota en Italia, un país con menos penetración de la marca blanca. La prensa ha servido en ocasiones de acicate contra Deóleo, que sufrió una crisis de reputación desde noviembre del 15. El magistrado Raffaele Guariniello después de leer el análisis de laboratorio realizado en mayo por las pruebas mensuales que apuntaban a las irregularidades del contenido, ordenaba la retirada de muestras para llevarlas al laboratorio. Después, observaba indicios de fraude en el comercio legal a cargo de siete empresas. Entre ellas Carapelli, Bertolli y Sasso, las tres de Deóleo. También Coricelli, Santa Sabina, Prima Donna y Antica Badia. Lidl fue multado con 550.000 euros.

La prensa italiana, muy crítica

"La crisis de calidad ocurrida en 2015 y 16 tras las actuaciones de las autoridades italianas supuso pérdida de ventas", reconoce ahora Deóleo. Este año pasado, alguna prensa italiana decía cosas como "en los ensayos Carapelli, Sasso y Bertolli siempre han merecido juicios poco atractiva o incluso negativo. Las tres marcas en los últimos años llevaron a cabo una política de precios de ganga y de calidad mediocre que causó grietas en su imagen y también ha afectado al producto.

Resoluciones pendientes

Pero además, la empresa aún mantiene un litigio pendiente con la Agencia Tributaria por 9,1 millones de euros, en relación a la compraventa de la licencia Bertolli en diciembre de 2008, y junto a Unilever. La justicia transalpina ha fallado en dos ocasiones a favor de las empresas y en contra del fisco italiano, que puede recurrir ante el Tribunal Supremo de ese país mediante recurso de casación pero "únicamente por cuestiones de derecho", ya que la justicia ya le ha dado la razón a Deóleo en dos ocasiones.

Además, la empresa tuvo que hacer frente a una exigencia el 1 de abril de 2014 (las mismas fechas en que se negó la entrada del fondo italiano en Deóleo) por la que se le pedían 62,3 millones de euros por derechos de aduanas, IVA, intereses financieros y sanción. Deóleo pagó 4,4 millones y el resto fue suspendido.

Con fecha 15 de julio de 2016, Carapelli Firenze recibió notificación de la imposición de una sanción de 99.000 euros como consecuencia de la finalización de las inspecciones fiscales de la que era objeto por las autoridades fiscales italianas que no ha sido recurrida.

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