Telefónica está pendiente de que el Centro Nacional de Comercio Exterior, el organismo venezolano que regula las modalidades de ventas de divisas, apruebe el cobro de dos dividendos por importe de 5.882 millones de bolívares, de acuerdo al último informe financiero anual de la compañía española. Una cantidad que al cambio actual supone unos 8 millones de euros, lo que muestra la insostenible situación de la economía venezolana, con una inflación imparable y continuas devaluaciones de la moneda local.
La multinacional española guarda silencio después de que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunciara el pasado jueves una investigación contra la compañía por supuestamente haber alentado las protestas en el país. La posibilidad de una expropiación forzosa del grupo español está ahora en el aire, una vez que la operadora presidida por José María Álvarez Pallete haya sido señalada, como lo han sido en los últimos años cientos de empresas bajo el régimen instaurado por Hugo Chávez.
En 2009 Venezuela suponía el 6,6% del negocio mundial de Telefónica; en 2016, el 0,8%
“La empresa Movistar, así lo denuncio, pedí una investigación, se sumó a la convocatoria golpista contra el país. La empresa debe saberlo: no es su función. Pedí investigación para establecer los hechos”, dijo Maduro en una intervención que puede consultarse en Venezuela de Televisión. El presidente venezolano sostuvo que Telefónica se había “sumado a la ciberguerra que la derecha aplicó el 19 de abril”, para convencer a los venezolanos de que participaran en las movilizaciones “con las que creyeron que lograrían el derrocamiento del Gobierno Nacional”.
La televisión controlada por Maduro se encargó de señalar en la información al respecto que Telefónica Venezuela procede de la antigua Telcel, compañía que en el año 2002 permitió el rastreo de los móviles de funcionarios del Gobierno facilitando el golpe de Estado que derrocó a Chávez posibilitando “la dictadura de 47 horas de Pedro Carmona Estanga”. En realidad, Telefónica adquirió Telcel en el año 2005; la compañía había pertenecido a la estadounidense Bellsouth, que vendió su negocio de telefónica móvil en Latinoamérica a Telefónica.
Desde que Nicolás Maduro asumió la presidencia de Venezuela –en abril de 2013-, los ingresos de Telefónica han ido menguando siguiendo el camino hacia los infiernos de la economía venezolana. De acuerdo a los informes financieros anuales publicados en la Comisión Nacional del Mercado de Valores, los ingresos de Telefónica en el país eran de 3.773 millones de euros en 2009; 2.318 millones en 2010; 2.688 millones en 2011; y 3.338 millones en 2012. A partir de 2013 Telefónica dejó de contabilizar la facturación en Venezuela de forma individual, y desde entonces informa sobre los ingresos en Venezuela y Centroamérica, de forma conjunta.
En 2010 Telefónica se anotó un impacto de 1.810 millones por la devaluación del bolívar anunciada por Hugo Chávez en el viernes rojo
Según han explicado fuentes del grupo español a preguntas de este diario, en 2016 sólo en Venezuela los ingresos fueron de 432 millones de euros, el 0,8% del total del negocio de la multinacional española (52.036 millones de euros). En 2009 el negocio de Telefónica en Venezuela representaba el 6,6% del total (ese año la operadora facturó 56.731 millones de euros).
La expropiación de la filial venezolana no supondría por tanto un fuerte quebranto para el negocio mundial de la compañía española. Realmente los mayores damnificados serían los 12 millones de clientes con los que cuenta Telefónica en el país y sus más de 4.000 empleados. Y sería un varapalo al esfuerzo que la empresa ha realizado en Venezuela, donde invirtió cerca de 1.000 millones de dólares en la compra de Telcel y donde ha desplegado más de 3.400 kilómetros de fibra óptica. En 2014, según el informe de gestión de Telefónica Venezuela, el último disponible en su web, 11.562 niños del país fueron atendidos en la Fundación Telefónica, que potencia la escolarización continuada.
Aunque el descenso de los ingresos de Telefónica en Venezuela ha sido especialmente fuerte en los últimos años coincidiendo con el Gobierno de Maduro, la crisis del negocio de la compañía, como en general la del resto de la economía del país, tuvo su punto de inflexión en el año 2010.
En 2014 Telefónica calculaba 49,9 bolívares por dólar; solo dos años después el cambio es 673,7 bolívares por dólar
El viernes 8 de enero de 2010 el Gobierno de Hugo Chávez anunció una devaluación del 50% del bolívar, con lo que el valor oficial del dólar dejó de ser de 2,15 bolívares fuertes y pasó a ser de 4,30. Desde entonces se habla del “viernes rojo” de Chávez, en relación con el “viernes negro” del 13 de febrero de 1983 cuando el Gobierno de Luis Herrera Campins devaluó un 28% el bolívar.
Telefónica tuvo que apuntarse un impacto de 1.810 millones de euros en sus cuentas de 2010 por la devaluación anunciada el viernes rojo, y comenzar a considerar a la economía venezolana, desde 2009, como hiperinflacionista. Pero los años posteriores han sido tremendos en cuando a la devaluación de la moneda del país latinoamericano.
El cálculo que hace Telefónica en sus últimas cuentas anuales para convertir bolívares en dólares da idea de la insostenible situación económica de Venezuela, dejando el viernes rojo o el viernes negro como días tranquilos en cuanto a posición cambiaria. En 2014 Telefónica calculaba 49,9 bolívares por dólar; en 2015, 198,69 bolívares por dólar. Y en 2016, 673,7 bolívares por dólar.
La situación es tal que incluso el cálculo cambiario, o la estimación de la inflación es incierta. “Al cierre de 2016 existen distintos mecanismos y tres tipos de cambio oficiales susceptibles de ser utilizados para la conversión de los estados financieros de las filiales en Venezuela” explica Telefónica. “La determinación del tipo de cambio que mejor refleja los aspectos económicos de sus actividades en el país depende de varios factores y se ha llevado a cabo tomando en consideración toda la información disponible en la fecha de cierre, lo que supone el uso de hipótesis y estimaciones y requiere un grado significativo de juicio”, admite el grupo. La inflación estimada el pasado año en Venezuela superó el 500%
“A finales de 2015 se esperaba que en 2016 se produjera un cierto punto de inflexión en Venezuela en el ámbito macroeconómico (menor contracción de la actividad y estabilización de la inflación)”, informa Telefónica en su informe financiero de 2016. “Sin embargo, el escenario de 2016 se ha tornado más complicado de lo previsto, donde la situación económica según opiniones de diversos analistas, aunque sin cifras oficiales, apunta a una mayor caída del PIB (…)”. .
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