El lobby de la economía digital está muy activo ante las citas electorales que España tiene por delante, especialmente las autonómicas y municipales y las generales de finales de año o principios del que viene. En sus contactos con los partidos políticos, Adigital ha pasado a todos ellos un dossier con sus propuestas para una economía digital más integrada. Todos, asegura, le han respondido de forma similar, expresándoles la importancia de esta nueva economía y que hace falta una nueva regulación. Sin embargo, el caso de Podemos ha sido sorprendente, ya que, aseguran desde Adigital, sus portavoces han hecho declaraciones contra la economía colaborativa, concretamente en el caso de Uber. Esto, aseguró el presidente de Adigital, José Luis Zimmermann, "tiene que ver con contactos particulares con un sector en concreto", el del taxi, cuyas tesis ha apoyado la formación emergente en su enfrentamiento con la compañía norteamericana.
"Sería sorprendente que un partido el de Pablo Iglesias, que ha utilizado bastante y muy bien las plataformas de crowdfunding para parte de sus proyectos dudara de la economía colaborativa como un punto clave del desarrollo de la economía en general", ha manifestado Zimmermann, que desde hace algún tiempo realiza un proselitismo muy intenso a favor de la "nueva economía".
Podemos sólo hizo una mención de pasada en su programa de las elecciones europeas a la economía colaborativa: "Apoyo al crowdfunding, el software libre y el copyleft", decía el partido morado en su programa para las elecciones donde consiguieron cinco eurodiputados rompiendo todos los registros y las previsiones demoscópicas.
La esquizofrenia regulatoria
En cuestiones regulatorias, las empresas de la economía digital quieren más, mucho más. Denuncian que la falta de regulación tapona su crecimiento, al contrario de lo que ocurre en otros países como Reino Unido, donde han entendido que no se puede tratar de evitar la propagación de estas empresas sino que hay que integrarlas, con casos muy recientes como el que permitirá a cada ciudadano alquilar su casa sin restricciones por un máximo de 90 días.
Ante empresas digitales que son por definición globales, España responde con regulaciones autonómicas que pueden ser totalmente diferentes
En España, sin embargo, compañías digitales "que son por definición globales" se enfrentan a una esquizofrenia regulatoria impropia, pues las leyes en muchos caso no son ni siquiera nacionales, sino autonómicas. Zimmermann ha descrito las dificultades con las que se encuentran algunas de estas empresas, especialmente las vinculadas a la movilidad y al turismo, a la hora de operar y escalar, primero, en Europa donde existen 28 regulaciones diferentes y, después, en el ámbito español, en el que se han de enfrentar a 17 comunidades autónomas con regulaciones distintas.
El portavoz de Sharing España ha asegurado que, además, es importante que se regulen estas actividades porque “no se puede olvidar que han surgido porque había una necesidad”. En este sentido, ha situado los modelos basados en el crowdfunding y el crowdlending ante la falta de crédito que existe actualmente para particulares y empresas. “Estos modelos demuestran ser, por un lado, mucho más eficientes y, por otro, más transparentes”.
El sector de la economía colaborativa, así como el del e-commerce, aguarda con expectación la aprobación de la nueva ley de Fomento de la Financiación Empresarial, que regulará el crowdfunding para distinguir, por ejemplo, entre inversores institucionales, que podrán poner dinero sin límite alguno, y los particulares o minoristas que tendrán un límite de 3.000 por proyecto, con el objetivo de proteger su inversión. El texto ha pasado por Congreso y Senado, y se espera su aprobación por la Cámara Baja en las próximas semanas.
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