El futuro banco malo, que aglutinará los activos tóxicos inmobiliarios de las entidades nacionalizadas y del resto que reciban dinero público, no escapará a la condición de Bruselas de contar con un consultor externo para controlar su gestión. Al igual que Economía tuvo que contratar a Oliver Wyman y Roland Berger para realizar los test de estrés a la banca española, por imposición de la Troika (FMI, BCE y Bruselas) ante el despretigio del Banco de España, el FROB tendrá que determinar qué firma independiente examinará el funcionamiento del banco malo.
"La aparición en escena de esta consultora externa es un guiño más del gobierno español a Bruselas, el FMI y el BCE de que quiere mantener la máxima transparencia en todo el proceso de rescate financiero", aseguran fuentes conocedoras del proceso. Sin embargo, desde el sector se considera este hecho como otra prueba adicional de que Economía es un mero transmisor de las órdenes llegadas desde Bruselas.
Las funciones de esta firma externa aún se definirán en los próximos días, al igual que el diseño definitivo del banco malo. En principio, el Consejo de Ministros debe aprobar el próximo viernes 31 de agosto el real decreto que desarrolle esta sociedad de gestión de activos tóxicos inmobiliarios, para cumplir con la exigencia del Memorando de Entendimiento. Según el MOU, España debe tener aprobado su banco malo antes de finales de agosto.
"Más que ejecutora, esta firma tendrá un mero papel de control. El peso de las operaciones de venta, desarrollo y ejecución de los activos estará controlado por el propio personal del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria. Para ello, el FROB estudia contratar a trabajadores de las entidades nacionalizadas que se dedican a la gestión del ladrillo que existe actualmente en sus balances.
"Contratar a una consultora externa para realizar esa base de datos puede llevar un mínimo de doce meses o incluso más, porque, a diferencia de los equipos de los bancos, tendrían que empezar de cero. Otra cosa es la labor de control. Existen muchas firmas orbitando alrededor del sistema financiero desde hace años que pueden ejercer perfectamente esa función", explican desde una auditora. En el caso de Irlanda, la identificación de cada uno de los activos que se traspasaron al banco malo, el NAMA, se extendió durante dos años.