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El fondo de Pablo Casado rastrea oportunidades en Defensa en Europa ante el 'efecto Trump'

En la víspera de su lanzamiento oficial en enero de 2025, desde el vehículo del exlíder del PP ya se han iniciado contactos informales con posibles receptoras

Hyperion Fund, el megafondo que impulsa junto a otros socios y asesores de origen estadounidense y europeo el expresidente del Partido Popular, Pablo Casado, es consciente de las oportunidades que ofrece el sector de la Defensa y la Seguridad no solo a nivel nacional sino continental tras el triunfo de Donald Trump.

El entorno del flamante presidente de los EEUU viene advirtiendo ya desde los inicios de su campaña que exigirá a sus socios en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) alcanzar un gasto en Defensa de entre el 2% y el 3% sobre su PIB, por el poco más del 1% que destinan actualmente países europeos como España.

No debería sorprender por tanto que allegados al fondo que encabeza Casado hayan intensificado en las últimas semanas contactos informales con diferentes empresas especializadas en Defensa, tanto de nuestro país -en el que aparecen en el radar empresas como SDLE- como de otros del Viejo Continente.

Así lo trasladan a Vozpópuli diferentes fuentes del sector, que dan cuenta de la etiqueta de "compradora" con la que se está posicionando el private equity -esto es, no solo de cara a participaciones minoritarias- en un segmento con recorrido y para el que se descuenta una creciente consolidación a nivel continental por la necesidad de economías de escala.

El propio expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, impartió esta semana en Madrid una ponencia con motivo del World Business Forum en la que llamó a una mayor concentración a nivel continental de empresas en el sector de Defensa, que considera al alza en Europa pero todavía muy "fragmentado".  

Fondo a diez años con inversiones los primeros tres

Hyperion comenzaría oficialmente su actividad a partir de enero de 2025, cuando está previsto el cierre de la captación de los 150 millones de euros fijados como objetivo, si bien el montante final a invertir podría acabar rondando los 200 millones. Entre los inversores aparecerían grandes capitales españoles, como la empresa Indra que pretende crecer en Defensa, o el propio Instituto de Crédito Oficial.

El fondo, gestionado por Singular Asset Management, ha asumido el compromiso de invertir al menos el 50% de su capital en España, dejándose la parte restante para entidades de países que formen parte de la Unión Europea y, "excepcionalmente", la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

Del equipo gestor participarían directamente, junto a Casado, el exasesor del ministerio de Defensa y exdirector de Estrategia de Sapa Joaquín Ortiz Escobar; el sobrino de la presidenta de Banco Santander Ana Botín, Ricardo Gómez-Acebo Botín, el empresario en Defensa José Antonio Bartrina Giménez y el financiero con expertise en banca de inversión americana Daniel Lorrain.

Entre los mismos asesores con los que cuenta el fondo aparecen el exsecretario general de la OTAN Anders Fogh Rasmussen, la embajadora y exsubsecretaria de Estado para asuntos globales de EEUU, la republicana Paula Dobriansky, la exministra de Defensa de Francia Michèle Alliot-Marie, o el senior advisor de Rothschild, Richard Hurowitz.

Hyperion ha asumido el compromiso de invertir al menos el 50% de su capital en España, dejándose la parte restante para entidades de países que formen parte de la Unión Europea y, "excepcionalmente", la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN)

La hoja de ruta de Hyperion apunta a concentrar sus inversiones durante el primer lustro, en especial, los primeros tres años, ante la expectativa de una fuerte revalorización de los segmentos objetivo a medio plazo. La "previsión de rentabilidad" que se ha trasladado a los inversores pasa por "un MOIC de 3X", es decir, de unos 450 millones, al cabo de una decáda. Una previsión en la que los gestores se juegan también varias decenas de millones en comisiones

El grueso del capital se volcaría en compañías midcaps "en fase de expansión y crecimiento", y el resto, en pymes en "fase early stage y capital desarrollo"; todo ello, dentro de los sectores de defensa y seguridad, ciberseguridad,  inteligencia artificial y  aeroespacial. Salvo excepciones, las participaciones en cada empresa no superarían el 35%.

El principal foco pasará por "compañías de componente tecnológico de uso dual", donde se suele encuadrar a la tecnología militar que se puede utilizar en contextos civiles -como drones, satélites, radares o robots. Las inversiones no estarán "ni directa ni indirectamente" vinculadas con empresas cuya actividad "esté relacionada con la producción y venta de armas, munición y equipamiento letal" y/o "el desarrollo o ejecución de proyectos cuyo resultado limite los derechos individuales o viole los derechos humanos, perjudiquen la sostenibilidad o sean socialmente restrictivos", en palabras del fondo.

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