El horizonte en la presidencia de los dos grandes bancos españoles ha quedado despejado para los dos próximos años con la reelección, el pasado viernes, de Francisco González. Emilio Botín y FG continuarán liderando a Santander y BBVA, respectivamente, hasta 2015 y 2016. Será entonces cuando los accionistas volverán a pronunciarse sobre la gestión de los dos mayores banqueros en la recta final, según vaticinan los expertos, de esta larga crisis económica.
Botín fue reelegido en 2012, tras cuatro años de duros indicadores económicos. FG, doce meses más tarde, cuando el nivel de paro en España alcanza su nivel récord del 26%. Ambos directivos han perdido apoyo por parte de sus accionistas durante esta crisis, aunque en el caso del presidente de BBVA puede calificarse de marginal.
FG fue reelegido presidente, el pasado viernes, con el 91% de los votos, pese a la importante caída de los beneficios (un 44%, hasta los 1.676 millones) motivada por los dos decretos de saneamiento inmobiliario. En su anterior reelección, en 2010, el apoyo fue ligeramente mayor: el 93,42% de los accionistas. Bien distinto es el caso del presidente del Santander. La gestión de Botín ha perdido el 22% del apoyo de sus accionistas desde el inicio de la crisis. En 2008, la Junta aprobó la continuidad del banquero cántabro con el 96,7% de los votos. Cuatro años después, el nombramiento se mantuvo con el 74,7% de los sufragios.
Los accionistas del Santander mostraron, el pasado año, su desafección hacia la reelección de Botín, pero no a la salud financiera del grupo. Las cuentas se aprobaron con un 99,2%
Los accionistas, sin embargo, no pusieron en discusión los valores financieros del Santander. Así, refrendaron las cuentas de 2011, así como sus beneficios, con unos apoyos del 99,2% y 99,1%, respectivamente. Este viernes, los accionistas del grupo con sede en Boadilla se pronunciarán sobre una cuenta de resultados lastrada también por los dos planes Guindos. El Santander logró un beneficio neto de 2.205 millones de euros en 2012, el 58,8% menos que un año antes, cuando fue reelegido Botín.
En el caso de BBVA, que también registró pérdidas por valor de 1.267 millones en el negocio español en 2012, los accionistas confirmaron las cuentas del pasado ejercicio con un 99% de los votos.
Los efectos de la crisis, traducidos en caídas de los resultados y de la remuneración por dividendos, también lastran la confianza que los accionistas tienen en los máximos dirigentes de las principales empresas del Ibex 35. Sólo hay una excepción: Inditex y su primer ejecutivo Pablo Isla.
El presidente y consejero delegado del Grupo Inditex sustituyó en 2011 a Amancio Ortega, al frente de la multinacional textil, con un apoyo del 98,6%. Los resultados del grupo desde el inicio de la crisis no han parado de crecer. En 2012, la empresa dueña de Zara ganó 2.361 millones, un 22% más que el año anterior, tras unas ventas de casi 16.000 millones, un incremento del 16%.
En el caso de Telefónica y Repsol, sus respectivos presidentes se mantienen en el cargo con el nivel más bajo de apoyo accionarial. César Alierta, número uno de la multinacional de telecomunicaciones, fue reelegido en 2012 con el 75,54% de los votos frente al 99,12% de 2007. Menos apoyo ha perdido Antonio Brufau, presidente de la energética. En 2007, los accionistas le refrendaron en un 93,9%. Cuatro años después, en plena crisis, su reelección se fraguó con un 83,9%.
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