El comercio minorista ha logrado contener los efectos del tsunami económico en el empleo, a costa, eso sí, de recortar drásticamente las inversiones. En concreto, y según datos de la patronal de la gran distribución, Anged, desde 2007 (antes de que estallara la crisis), el número de trabajadores del sector ha caído un 6,3%, hasta 1,8 millones de afiliados (unas 122.000 personas menos que hace un lustro), mientras que las ventas han retrocedido un 9,3%, hasta los 217.398 millones de euros de 2011.
Las inversiones, por su parte, se situaron el año pasado (contando con las compras de combustible) en 5.213 millones de euros, un 41% menos que en 2007, según las estimaciones de la asociación, que agrupa a 17 grandes cadenas de distribución (entre ellas, Alcampo, Carrefour, Eroski y El Corte Inglés).
El golpe para el empleo ha sido ligeramente mayor entre los trabajadores por cuenta ajena (con un descenso de la afiliación del 6,7% entre 2007 y 2011), que suponen un 71% del total del sector, que entre los autónomos (con una caída del 5,4% desde 2007).
En cuanto a las inversiones, en las empresas asociadas a Anged se situaron el año pasado en casi 2.400 millones, un 14,5% menos que en 2007. La facturación cayó en 2011 un 1,2%, hasta 38.971 millones. Es un 7% menos que en 2007.
La patronal, de cuyas empresas dependen 230.000 empleos, dice que el "exceso regulatorio" (las trabas a la apertura de grandes superficies) mantiene parados otros 2.500 millones de inversión y la creación de 160.000 empleos. Las grandes cadenas también se quejan del exceso de burocracia: hacen falta "como mínimo 10 meses para abrir un supermercado. Y la realidad es que se puede llegar a los 4 años".
Las grandes cadenas critican que la liberalización de horarios se ha quedado "corta"
El sector "está experimentando una fortísima caída del consumo y está realizando esfuerzos extraordinarios para mantener el empleo, la inversión y los precios", recordó el pasado viernes el director general de Anged, Javier Millán-Astray, que criticó que la liberalización de horarios aprobada por el Gobierno se ha quedado "corta".
Partidario de adoptar "medidas de choque", Millán-Astray reclamó "que se adapten reformas estructurales en profundidad", porque "no generan déficit". El entorno "extraordinariamente adverso" puede resumirse en tres variables, según el director general de Anged: la incertidumbre económica, la mayor presión fiscal y los aumentos "inesperados" de partidas de costes como la energía (para muchas empresas, ya supone la tercera mayor partida de costes) y de las cotizaciones sociales.
Mención aparte merece el impuesto a las grandes superficies que aplican algunas comunidades autónomas, como Canarias, que calificó de "medieval" y "arcaico".
La excepción que el sector quiere que "se convierta en regla" es Madrid, donde hay libertad total de horarios desde julio y que en agosto incrementó el empleo en el sector un 3,1%, tres puntos más que la media nacional, según destacó el directivo.
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