El nuevo consejero delegado de Enel, Francesco Starace, puesto en su cargo por el mismísimo primer ministro Mateo Renzi, no quiere intermediarios en su relación institucional con los Gobiernos de Latinoamérica. De ahí que haya tomado la firme decisión de retirar a Borja Prado, presidente de Endesa, la principal filial del grupo estatal italiano, su función de enlace con los líderes políticos de los cinco países en los que opera la compañía (Chile, Argentina, Colombia, Brasil y Perú).
Así de claro se lo dejó caer el nuevo jefe máximo de Enel al empresario madrileño, cuando le prohibió expresamente acompañarle a la visita institucional que el ejecutivo italiano hizo a la presidenta chilena Michelle Bachelet, el pasado 14 de julio.
Según varias fuentes consultadas (algunas de ellas internas de Endesa), Prado montó en cólera al sentirse arrinconado por su nuevo jefe italiano, algo que nunca le ocurrió con el antiguo, Fulvio Conti, que delegó en él toda esa labor institucional en el subcontinente tras propiciar su nombramiento como presidente de Endesa.
Máxime cuando sólo unos días antes, Starace le ‘utilizó’ como puente de acceso al ministro de Industria, José Manuel Soria, al que le tuvo que plantear la polémica operación de quitar a Endesa sus activos en Latinoamérica para ser gestionados directamente por Enel.
Prado y Brentan arroparon a Starace en el encuentro que mantuvo con el ministro Soria para anunciarle que Enel se quedaba con todos los activos de Endesa en Latinoamérica
Al Ministerio acudieron de la mano Starace, Prado y el consejero delegado de Endesa, Andrea Brentan. Complicado encuentro, dado que la operación supone convertir a la eléctrica española en la mitad de lo que es ahora.
Industria no puede oponerse a que Enel, que controla el 92% de Endesa, haga lo que quiera con su filial, pero el ministro exigió a Starace un mayor compromiso con España, después de que tanto Prado como Brentan hayan advertido al Gobierno de que recortarán las inversiones en nuestro país tras los hachazos sufridos por la reforma energética.
Pasado el mal trago de comunicar al Gobierno el plan de la italiana, Starace inició su visita a Chile, pero sin Prado. Ni es ni va a ser ya el interlocutor en Latinoamérica, dado que Endesa se quedará a finales de este año sin representación en el subcontinente. Sí que al menos mantendrá, por ahora, el cargo de vicepresidente de Enersis.
Todos los negocios, esos que ahora aportan el 51% de todo su ebitda y el 37,4% de su beneficio neto, pasarán a colgar del holding Enel Energy Europe, una sociedad con sede en Madrid controlada al 100% por Enel y propietaria del 92% de Endesa.
El presidente de Endesa no pudo viajar con Starace para ver a Bachelet y ya no ejercerá de interlocutor con los líderes políticos de Chile, Argentina, Brasil, Colombia y Perú
Enel no sólo se quedará con la joya de la corona de su filial española, también se embolsará un dividendo extraordinario que cobrará en efectivo tras realizar la operación y prepara la salida a Bolsa de la nueva y pequeña Endesa, con la que "Esperamos ganar 4.000 millones en dinero en efectivo para ganar una mayor flexibilidad en un futuro a corto plazo", apuntó ayer Starace desde Roma.
Actualmente, la liquidez de Endesa es muy limitada porque el 92% de su capital está en manos de Enel.
En paralelo, el gigante público italiano se ha comprometido a reforzar sus inversiones en España y Portugal para que Endesa crezca, en unos mercados en los que los sucesivos recortes le están provocando caídas del beneficio del 31% en el primer semestre de este año.
¿En qué va a invertir Endesa en España? se preguntan los analistas. Es un mercado en decadencia para las eléctricas tradicionales y para las renovables. Todas las grandes empresas de los dos sectores, incluida Endesa, han anunciado que limitarán las inversiones en España a lo mínimo exigible y que reforzarán su apuesta por los mercados internacionales. Endesa ya no lo podrá hacer al tener sólo presencia en la Península Ibérica a partir de 2015.
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