El hachazo del Gobierno a la retribución que perciben las energías renovables está pasando factura no sólo a los promotores de este negocio sino también a la industria que les fabrica y provee de todos los equipamientos necesarios.
De todas ellas, la industria eólica es la más arraigada en España, donde existen 195 centros de fabricación en 15 de las 17 comunidades autónomas que cubren toda las actividades de la cadena de valor (promoción, construcción, fabricación, servicios…).
Pero es precisamente esta tecnología renovable, junto con la fotovoltaica, la que más está sufriendo el último de los ajustes, el aprobado por el Gobierno a mediados de junio pasado.
Este último ajuste ha provocado que grandes compañías presentes en España como Gamesa, Vestas o Global Energy Services (GES) estén preparando Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) ante la caída de los pedidos.
La industria presente en España, con 195 centros productivos que exportan por valor de 2.000 millones de euros, corre peligro tras el parón de los pedidos por el nuevo ajuste de Industria
La española Gamesa ha tenido que casi paralizar su planta de Miranda de Ebro, especializada en hélices para aerogeneradores, al plantear un ERE para 152 de sus 155 empleados, por la falta de trabajo. El expediente de suspensión temporal se extiende tres meses, desde agosto hasta octubre.
La adopción de esta medida ha estado motivada por el retraso de algunos pedidos, dijo la empresa en julio.
En la misma tesitura está el gigante danés Vestas, cuya planta de Viveiro ha estado también paralizada por las huelgas de sus 244 trabajadores. Por su parte, el grupo GES se disponía a despedir a 627 empleados, el 25% de su plantilla, ante el parón del negocio eólico en España.
Sin embargo, tras las negociaciones con los sindicatos, el ERE sólo afectará a 290 trabajadores, el 11,5% de su plantilla.
Ya en 2013, el sector destruía 25 empleos al día por los primeros ajustes del Gobierno, según denunciaba entonces la patronal AEE
Según fuentes de la patronal eólica AEE, ya en 2013, las primeras medidas de ajuste puestas en marcha por el Ministerio de Industria provocó la destrucción de 25 empleos al día en el sector.
La industria eólica, a diferencia de otras renovables más intensivas en importación de equipamiento, es netamente productor nacional y exportadora. Según Deloitte, el sector exporta por valor de 2.000 millones de euros al año, más que el vino o el calzado.
Su esfuerzo en I+D+i es del 7,25% de su contribución sectorial al PIB, frente al 1,35% que representa la I+D total sobre el PIB español.
Asimismo, España es el quinto país del mundo en patentes eólicas, según la ONU.
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