Las eléctricas preparan cambios en su negocio de gestión de simulacros y emergencias nucleares, que actualmente realizan de forma separada las sociedades que explotan cada una de las seis plantas atómicas en operación.
Tecnatom, empresa de ingeniería participada por Endesa (45%), Iberdrola (30%) y Gas Natural-Fenosa (15%), constituyó a finales de julio una nueva empresa, Tecnatom Emergencias y Servicios de Explotación, que tiene como objeto “la prestación de toda clase de servicios de soporte a emergencias a la industria, incluidas la preparación y desarrollo de los correspondientes simulacros”. Estos servicios “se prestarán de manera específica, pero no exclusiva, a la industria de generación eléctrica nuclear, en todas sus formas”.
El proyecto comprende la creación de un Centro de Apoyo a Emergencias (CAE) que posiblemente estará ubicado en la Comunidad de Madrid (en la autopista A-1, conocida como Carretera de Burgos), con la idea de que, en caso de emergencia, los efectivos de Tecnatom tengan acceso a cualquiera de las centrales nucleares en un plazo máximo de 24 horas. “Se trata de dar apoyo a la central con equipos auxiliares, en caso de que la planta lo requiera”, explican fuentes conocedoras del proyecto, que matizan que, en principio, cada central seguirá siendo capaz de responder por sí sola a un simulacro o emergencia.
La situación de Garoña y la falta de acuerdo para el nuevo sistema de explotación de las centrales condicionan el proyecto
El proyecto, explican fuentes del sector, persigue el ahorro de costes al centralizar en buena medida esta actividad, ya que los Planes de Emergencia Interiores (PEI) de las instalaciones que supervisa el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) son responsabilidad de cada una de las plantas. Pero todavía está por definir la figura jurídica de la nueva empresa, cuyo presupuesto sufragarán las propias centrales. Falta por determinar lo más importante: la parte proporcional de fondos que aportará cada planta a la nueva sociedad y, por ende, al centro asociado.
Aunque la idea es lograr un acuerdo antes de final de año, hay varios obstáculos: en primer lugar, las eléctricas todavía no se han puesto de acuerdo en el nuevo esquema de explotación y gestión de las centrales que estipula la Ley de Responsabilidad Civil Nuclear, que obliga a que cada planta tenga un titular único y una sociedad específica que la gestione.
En segundo lugar, influye la situación de la central de Santa María de Garoña (Burgos), que en principio se cerrará en julio del año que viene porque sus propietarias, Iberdrola y Endesa, han decidido no solicitar la prórroga de su licencia ya que, aseguran, la reforma energética que prepara el Gobierno llevará a la planta a pérdidas.
Si, finalmente, la situación se desbloquea, el CAE permitirá a Tecnatom ampliar su negocio, que actualmente se apoya en buena medida en las áreas de seguridad y mantenimiento de centrales. La empresa, que factura más de 100 millones de euros y tiene una fuerte presencia en el exterior, es conocida en el sector por disponer de réplicas exactas de las salas de control de las plantas nucleares españolas para la formación de los operadores, tal y como estipula el CSN.