El grupo de distribución Eroski redujo el año pasado su plantilla media en otros 2.013 empleados, hasta un total de 37.669 efectivos, continuando con la paulatina reducción de la fuerza laboral que ha protagonizado la compañía desde la multimillonaria compra de la cadena catalana Caprabo a mediados de 2007.
Esa compra, unida a una descomunal crisis de consumo en España, se ha saldado con unas pérdidas acumuladas desde entonces de unos 489 millones, una caída de la facturación del 17,3%, el cierre de centros y la venta de algunos activos (con la consiguiente salida de empleados), y un vía crucis de refinanciaciones para digerir la abultada deuda asociada a la operación.
Desde enero de 2008, cuando, tras comprar los supermercados Caprabo, la plantilla de Eroski alcanzaba las 52.705 personas, esa cifra se ha reducido en más de 15.000 trabajadores, equivalentes a un recorte de personal del 28,5%. Todo ello, sin tener que recurrir a expedientes de regulación de empleo (ERE), un tema altamente sensible en la empresa por su carácter cooperativista.
De las 2.013 bajas del año pasado, 31 correspondieron a directivos; 911, a mandos; 12, a técnicos y 1.239, a personal operativo, según la última memoria anual remitida por Eroski a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Fuentes de la compañía dicen que las salidas de 2013 “sobre todo son jubilaciones”, aunque no niegan que haya podido haber bajas voluntarias, motivadas por la bajada de sueldos aplicada el año pasado en el marco de su plan de reducción de costes. En cualquier caso, las salidas relacionadas con ese recorte "no son significativas".
Además, en 2013 la red de Eroski, contando todas las cadenas comerciales (y excluyendo las gasolineras), se redujo en 67 puntos de venta, hasta 1983.
Las mayores reducciones se dieron en Eroski Center, un formato híbrido entre el híper (en decadencia) y el pujante súper. Su red se redujo en 288 puntos, aunque la mayoría fueron transformados a los súper Eroski/City, que pasaron de 143 a casi 400 en un año. La cadena también ha cerrado 44 de sus perfumerías IF, las cuatro tiendas de Ocio y Cultura ABAC, y tiene ocho supermercados franquiciados menos (hasta 431).
El año pasado, el grupo redujo sus pérdidas un 15,7%, aunque las ventas bajaron otro 4,3%
En una situación delicada por el tamaño de su deuda, derivada de la adquisición de Caprabo casi en la cima de la burbuja, Eroski está en un nuevo proceso de renegociación de la deuda con los bancos, que pasa por un plan de viabilidad y un proceso de desinversiones.
El grupo de distribución segregó hace meses en dos áreas su actividad inmobiliaria y la de venta. Sobre la primera ya hay interés (entre otros, Cerberus se ha interesado por algunos activos) y respecto a la segunda, las entidades financieras quieren que venda aquellas zonas en las que no es líder.
El asesoramiento en materia de desinversiones, así como el plan de viabilidad está contando con el apoyo de Deloitte, mientras que Morgan Stanley colabora con el proceso de refinanciación.
El año pasado, el grupo redujo sus pérdidas un 15,7% respecto a la cifra récord de 2012, hasta 102 millones de euros, pese al incremento de los gastos financieros en 14 millones y tras un ajuste de precios que ha transferido al consumidor un ahorro de 79 millones.
Sin embargo, el beneficio operativo fue de 41,4 millones, frente los 6,3 millones del ejercicio anterior, y el Ebitda, de 269 millones, tras una reducción de gastos operativos de 161,8 millones.
La facturación se vio afectada por la desfavorable coyuntura económica y la debilidad del consumo, con un nuevo descenso del 4,39% con respecto al ejercicio anterior, hasta 6.698 millones. Durante 2013, el grupo amortizó su deuda en 71 millones de euros. La amortización de deuda de los últimos cinco años asciende a 1.255 millones.
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